Los Ángeles se volcó hoy en el Desfile del Orgullo Gay, que cerró tres días de celebración de la comunidad LGBT, y que tuvo lugar pocas horas después de la masacre de Orlando, en la que murieron al menos 50 personas en un club homosexual por disparos de un hombre armado.

En medio de un ambiente claramente festivo y de reinvindicación de respeto y tolerancia para todos, el recuerdo al medio centenar de fallecidos y los 53 heridos en el Club Pulse de Orlando sobrevoló las calles de West Hollywood, el punto de reunión de la comunidad LGBT (lesbianas, gais, bisexuales y transexuales) en Los Ángeles, en una jornada de carácter agridulce.

"Estamos aquí, los angelinos, la comunidad LGBT y sus aliados en West Hollywood (...). No escurriremos el bulto, no nos quedaremos en nuestras casas, no volveremos a los armarios. Estamos aquí fuera para desfilar, celebrar y estar de luto", sintetizó en un discurso el alcalde de Los Ángeles, Eric Garcetti.

El regidor informó, además, que a primera hora de la mañana fue detenido un hombre "fuertemente armado" en la ciudad californiana de Santa Mónica y que dijo a las autoridades que su intención era ir al Desfile del Orgullo Gay en Los Ángeles.

El incidente, que ahora investiga el Buró Federal de Investigación (FBI), no guarda relación con lo sucedido en Orlando, de acuerdo con las autoridades, que detallaron que el detenido tenía en su poder rifles de asalto y posibles explosivos.

Con un refuerzo del dispositivo de seguridad, el Desfile del Orgullo Gay comenzó con un minuto de silencio.

También se colocó un pequeño altar, en el cruce de las calles Crescent Heights y Santa Mónica Boulevard, con cincuenta velas en recuerdo de cada uno de los muertos en Orlando.

Las caravanas y carrozas, acompañadas por grupos y organizaciones de todo signo, fueron las grandes protagonistas en un recorrido en el que no faltaron las banderas arcoiris, la música, el confeti, la purpurina y las pancartas, algunas de ellas con menciones concretas al crimen de Orlando.

"Hijo homosexual, madre orgullosa", "Corazones abiertos, mentes abiertas", "Trabajaremos juntos por el amor, no por el odio" fueron algunos de los mensajes de tolerancia a la diversidad que se leyeron, y que se unieron a otras reivindicaciones más específicas en torno al matrimonio homosexual o al uso de los baños por parte de la población transexual de acuerdo con su identidad de género.

Residente desde hace veinte años en West Hollywood, Steve contó a Efe que hoy era "un gran día" para sentirse "parte de la comunidad" y para compartir "con los hermanos y las hermanas".

Opinó que la comunidad LGBT se "está fortaleciendo" y "moviendo hacia adelante" en Estados Unidos, pero indicó que sus integrantes todavía enfrentan muchas "críticas y juicios de valor".

"Hoy salimos a celebrar a la luz de la tragedia", señaló Steve, en referencia a la mezcla de sentimientos que le ocasionaba la fiesta del Orgullo Gay en Los Ángeles y la masacre de Orlando.

"Todo somos uno", concluyó.

Por su parte, Elisa contó a Efe que estaba en el desfile porque ella defiende la igualdad de todas las personas.

"¡Yo no veo nada diferente!", exclamó señalando a los grupos de bailarines y manifestantes. "La gente tiene que aceptarlos como son", añadió.

También se refirió a los fallecidos en Orlando, que consideró que fueron víctimas de "un crimen de odio".

"(La comunidad LGBT) nos necesita ahora más que nunca", aseguró Elisa, quien dijo no tener "palabras" para describir lo que le sucedió a los asesinados en Orlando, quienes, simplemente, estaban "disfrutando y viviendo su vida".

ae

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