El autor de la filtración de documentos que revelan la existencia de unas 200 mil sociedades offshore fundadas por el despacho legal panameño Mossack Fonseca, en el escándalo que se conoce como Panama Papers, expuso sus motivos en una especie de manifiesto que publicó ayer el diario alemán Sueddeutsche Zeitung y en el que reclamó a la Comisión Europea (CE), al Parlamento británico y al Congreso de Estados Unidos inmunidad para quienes como él sacan a la luz actuaciones ilegales.

Además, John Doe (seudónimo habitual para ocultar una identidad), escribió: “No trabajo para ningún gobierno ni agencia de inteligencia, ni de forma directa, ni como empleado, ni como contratado, y nunca lo he hecho”. También dijo que no difundió los documentos con una motivación política, sino simplemente “por la dimensión de las injusticias que describían”.

Aunque las denominadas empresas offshore no son ilegales por definición, destacó, son usadas para muchos delitos graves, más allá de la evasión de impuestos.

“Decidí exponer ante la opinión pública a Mossack Fonseca [el bufete panameño propietario de los documentos] porque pensé que sus fundadores, empleados y clientes deberían responder por su papel en estos delitos, de los que sólo algunos han salido a la luz”, añadió.

El filtrador aseguró que de los Panama Papers podrían derivarse “miles de procesos” si las autoridades judiciales tuvieran acceso a ellos, pero no cuestionó la decisión del diario alemán y del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por su sigla en inglés) de no facilitárselos. “Yo, sin embargo, estaría dispuesto a cooperar con las autoridades judiciales en el marco de mis posibilidades”, manifiestó. Pero condicionó esa cooperación a recibir inmunidad. Advirtió que “mientras los gobiernos no garanticen protección legal a los denunciantes, las autoridades judiciales seguirán dependiendo de sus propias fuentes de información o de la cobertura de los medios de comunicación”.

Reclamó además a la CE, al Parlamento británico y al Congreso estadounidense que den pasos para poner fin a los abusos a los que da pie la opacidad de los registros empresariales en todo el mundo. Tras denunciar la inacción de muchos gobiernos ante los Panama Papers, la fuente consideró que también han fallado los bancos y las autoridades fiscales, el poder judicial, los abogados y los medios de comunicación.

A su juicio, el “deterioro ético” de la sociedad es total y el capitalismo es en realidad una “esclavitud económica”, un sistema en el que los esclavos no saben que lo son. En el pasado, concluyó, los sistemas tributarios y las desigualdades desembocaron en revoluciones aplacadas militarmente, pero hoy el mundo disfruta de capacidad ilimitada de almacenamiento de datos digitales y de conexiones globales.

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