El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, condenó el bombardeo de dos campos de desplazados en Siria y denunció que parece tratarse de un ataque deliberado, por lo que podría considerarse un crimen de guerra.

En un comunicado, el alto comisionado explica que estos campos llevan en la localidad de Sarmanda -en el noroeste de Siria, cerca de la frontera con Turquía-, varías semanas y que las tiendas de campaña se pueden reconocer desde el aire.

"Es extremadamente improbable que el ataque sea un accidente. Parece más bien que los bombardeos fueron deliberados y por lo tanto equivalentes a crímenes de guerra", sentenció.

Según los últimos datos que se conocen, unos 30 civiles, entre ellos mujeres y niños, murieron en el ataque y decenas resultaron heridos. Además se destruyeron muchas de las tiendas de campaña.

"Mi equipo, junto con otras organizaciones no escatimarán en sus esfuerzos para buscar y recolectar pruebas de lo que parece un crimen calculado y despreciable contra un grupo de gente extremadamente vulnerable", dijo Zeid.

Agregó que la mayoría de los que se encontraban en el campo de desplazados "se vieron forzados a huir de Alepo en febrero por los recientes ataques aéreos sobre la ciudad. Los primeros informes sugieren que los bombardeos de ayer fueron perpetrados por las fuerzas aéreas del Gobierno sirio, pero aún hay que verificarlo".

El pasado mes de febrero, como consecuencia de las conversaciones de paz se instauró un cese de hostilidades en Siria, impulsado por Estados Unidos y Rusia, pero desde el pasado 22 de abril, la ciudad de Alepo ha sufrido una ola de violencia que ha causado la muerte de al menos 285 civiles, lo que ha incrementado los desplazados hacia la frontera con Turquía.

Este último bombardeo coincide con una tregua de 48 horas iniciada el mismo 5 de mayo en Alepo, para frenar la violencia en la ciudad.

"Es difícil encontrar las palabras que describen el horror al que se enfrentan los civiles en Siria: bombardeados y masacrados en sus casas; disparados en las calles y torturados en las prisiones; bombardeados en las camas de los hospitales y en los campos a los que huyen", se lamentó Zeid.

"Hacer frente a estas inmensas dificultades, cruzando fronteras para escapar del horror que ha envuelto a su país en los últimos cinco años, para finalmente -y si lo consiguen- enfrentarse al rechazo y a la xenofobia en Europa", añadió.

Por otro lado, Zeid también mostró su preocupación por la situación de los presos en la prisión central de la ciudad de Hama, en el centro del país, después de que el pasado 1 de mayo se produjese un motín que dura ya cuatro días.

jlcg

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