“Fuera la OEA de Venezuela y América”, exigió anoche el presidente venezolano, Nicolás Maduro, al anticiparse a la decisión anunciada hoy por el diplomático uruguayo Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos, de invocar la Carta Democrática Interamericana para evaluar la “alteración del orden constitucional” en Venezuela y su impacto en el “orden democrático”.

Ante la cúpula militar venezolana y sectores del chavismo, Maduro proclamó: “No al injerencismo, no a la OEA, fuera la OEA de Venezuela y América. Un gran movimiento en las calles, en los cuarteles, en la fabricas, en las universidades, tenemos que activar en defensa de la dignidad y la independencia de la patria”.

que, según el artículo 20 de la Carta, tiene potestad de convocar a una sesión urgente del Consejo Permanente de la OEA entre el 10 y el 20 de junio de 2016. El mecanismo podría provocar que el organismo continental decida, por al menos dos tercios (23) de sus integrantes, la suspensión de Venezuela, que sufre la más grave crisis política, social y económica de su historia en un choque permanente entre chavistas y antichavistas.

El chavismo descartó a mediados de este mes una exigencia opositora de llamar en 2016 a referendo que decida si se revoca la gestión de Maduro, que debe concluir en enero de 2019. Los chavistas, que alegan sufrir una guerra económica de Estados Unidos y de la oposición ultraderechista para provocar un desabasto de medicinas, alimentos y artículos básicos y arrinconar a la revolución iniciada en 1999 por Hugo Chávez, su líder fallecido en 2013, aducen que el trámite está a destiempo y es fraudulento.

El proceso abierto por Almagro primero deberá someterse al debate de los 34 países de la OEA que, si consideran que en Venezuela hay una ruptura constitucional, pueden suspender su participación en el organismo. La Carta solo fue aplicada en 2009 contra Honduras, cuando se registró el golpe de Estado en contra del entonces presidente constitucional hondureño, Manuel Zelaya.

La apertura del procedimiento, explicó el secretario general, “deberá atender la ‘alteración del orden constitucional’ y como la misma afecta gravemente ‘el orden democrático’ de la República Bolivariana de Venezuela lo cual se sustenta en las denuncias formuladas a la Secretaría General por la Asamblea Nacional de Venezuela”.

En su mensaje, Maduro invocó a Hugo Chávez, máximo líder de la revolución instalada en 1999 en Venezuela y fallecido en 2013, e informó que “he llamando al pueblo a levantar un poderoso movimiento en defensa de la paz, la independencia y contra el intervencionismo extranjero, imperialista”.

El mandatario acusó a la OEA de mantener una campaña desestabilizadora contra los gobiernos de izquierda de América Latina, por lo que pidió su expulsión de Venezuela y de América.

“Tenemos que ganar esta batalla”, recalcó.

La embajada de Venezuela en la OEA advirtió a Almagro desde abril pasado que la invocación de la Carta, suscrita en 2001 por los estados miembros del foro interamericano, “prefiguraría un supuesto de hecho para solicitar su destitución” del cargo.

En su informe de hoy, Almagro argumentó que, de acuerdo con la Carta y en su calidad de secretario general, “podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente”.

Recordó que el artículo 20 establece que “el Consejo Permanente, según la situación, podrá disponer la realización de las gestiones diplomáticas necesarias, incluidos los buenos oficios, para promover la normalización de la institucionalidad democrática”.

El enfrentamiento del régimen chavista con la secretaría general de la OEA recrudeció el 18 de mayo anterior, cuando Almagro lanzó un fuerte ataque contra Maduro, le calificó de “dictadorzuelo” y acusó de ser “traidor” al pueblo venezolano, a la ética y al escrutinio popular, pero también le recriminó por “los niños muertos en los hospitales por no tener medicinas” y le exigió liberar a los presos políticos.

Maduro le respondió ese mismo día y le catalogó de “basura y traidor”. En una rueda de prensa el 17 de mayo, Maduro afirmó que el uruguayo “es un traidor hace tiempo” y que su designación en la OEA fue una “jugada maestra” de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) con “un agente… Almagro”.

El secretario general negó ser agente de la CIA.

A inicios de este mes en la sede de la OEA en Washington, la ministra venezolana de Relaciones Exteriores, Delcy Rodríguez denunció un complot entre Almagro, EU y la oposición para una “intervención internacional” en Venezuela.

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