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Tiroteos y ataques con bomba reivindicados por Estado Islámico, dejaron al menos 16 muertos en el norte de Irak, días después de que las explosiones más mortales perpetradas por el grupo en lo que va del año en la capital dieron pie a críticas públicas sobre medidas de seguridad del gobierno.
Tres hombres armados abrieron fuego con ametralladoras cerca de la medianoche en un café de la ciudad, mayoritariamente musulmana, chií de Balad, donde jóvenes se habían reunido para iniciar el fin de semana, dijeron fuentes policiales y médicas. Al menos 12 personas murieron y 25 resultaron heridas.
Tahseen, una víctima de 22 años, dijo a un médico que estaba fumando una pipa de agua cuando un hombre vestido de civil con una cartuchera llena de municiones atravesó la calle hacia el café al-Furat. El testigo describió varias explosiones, probablemente por bombas de estruendo, en medio de disparos que duraron unos 10 minutos.
Los agresores huyeron y horas después, uno de ellos detonó su chaleco explosivo en un mercado de hortalizas cercano, luego que la policía y miembros de milicias chiíes lo rodearon en un edificio abandonado e intercambiaron disparos, dijeron fuentes de seguridad.
Cuatro personas murieron y dos quedaron gravemente heridas, agregaron fuentes médicas.
La agencia de noticias Amaq, que respalda a Estado Islámico, afirmó que tres atacantes suicidas habían detonado sus explosivos, teniendo como blanco a milicianos chiíes.
Autoridades iraquíes enfrentan el escrutinio por brechas de seguridad que permitieron que atacantes suicidas detonaran tres bombas el miércoles en Bagdad, que provocaron la muerte de al menos 80 personas.
Irak también atraviesa una crisis política por una reforma a su Gabinete que ha estancado al Gobierno por semanas y que amenaza con afectar la guerra contra Estado Islámico respaldada por Estados Unidos. El grupo yihadista aún controla territorios en el norte y oeste de Irak, que capturó en 2014.
jlcg