El presidente de Ecuador, Rafael Correa, acusó ayer a empresas y autoridades anteriores por haber permitido la construcción de “trampas mortales” que causaron la muerte de decenas de personas en el terremoto del sábado 16 de abril.

“Cientos de vidas se han perdido por construcciones de pésima calidad”, denunció Correa. “Ni siquiera se cumplieron las normas anteriores, mucho menos exigentes que las actuales”, añadió el mandatario.

“La nación tiene que saber los nombres de quienes por ahorrar unos centavos construyeron trampas mortales y de las autoridades que lo permitieron”, pidió en Twitter. “No podemos dejar que esto en un año se olvide”, advirtió y planteó que la sociedad se pregunte: “¿Y si ocurriera aquí?”, para exigir a los alcaldes que las compañías sigan los estándares para crear viviendas. Asimismo, Correa evaluó los últimos días tras el terremoto “como la semana más dura de los últimos años”.

El mandatario indicó que a pesar de ello, “el país reaccionó muy bien” y los recursos, la institucionalidad y la unidad funcionaron. Consideró que toca la etapa de reconstrucción y reactivación, “y de [señalar a] responsables”.

El jefe de la Fuerza de Tarea Colombia II, Ricardo Méndez, quien dirige el grupo de rescatistas que se encuentra en Pedernales también indicó que las fallas de tipo humano ocasionaron más muertes en el país.

Sostuvo que además de la fragilidad de las estructuras físicas, la población se confió y no atendió el llamado a evacuar cuando se sintieron los dos primeros movimientos telúricos, que fueron la alerta para el tercero.

“Estoy seguro que se podían salvar vidas si la propia comunidad hubiera evacuado con la alerta, pero la gente es incrédula con la información científica”, aseguró.

Después del temblor las autoridades lanzaron una “alerta de tsunami y la comunidad tampoco creyó. Es un problema de cultura frente a las situaciones de riesgo. Debemos entender que la naturaleza es impredecible y lo ha demostrado en la historia”.

Argumentó que otro error que se dio en la primera fase del terremoto, que en los protocolos se denomina de búsqueda y rescate, en Pedernales, se cometió cuando se trabajó con maquinaria pesada en las primeras 24 horas. La comunidad y las autoridades locales desconocían que ese tipo de herramientas sólo se introducen después de 72 horas, porque la remoción descontrolada y desesperada en lugar de salvar vidas, aumentan los muertos.

“Siempre se debe esperar a los grupos de búsqueda de socorro, expertos en estructuras colapsadas y en búsqueda de sobrevivientes bajo las ruinas”, agregó el experto.

Admitió que la vulnerabilidad social en el área del desastre es muy grande, pero dijo confiar en que Ecuador se recupere. “Tomaron la decisión de demoler todas las edificaciones colapsadas y levantar nuevas. La recomendación final fue clara: creer en las alertas y evacuar”.

El devastador sismo ha dejado al menos 655 fallecidos y 29 mil 67 afectados, informó la Secretaría de Gestión de Riesgos. El organismo destacó que hay 4 mil 605 heridos, 48 desaparecidos y que 113 personas fueron rescatadas con vida de entre los escombros.

UNICEF informó que un primer avión con 103 toneladas con suministros llegó a Quito, con el propósito de prestar ayuda a 250 mil niños afectados. El Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas anunció el inicio de un plan de emergencia.

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