Asunción.— La legalidad de los paraísos fiscales, en el punto de mira tras las revelaciones sobre evasión fiscal de los llamados Panama Papers, profundiza la desigualdad en América Latina, la región más desigual del mundo, dijo a EFE Rosa Cañete, coordinadora regional de la campaña “Iguales” de la ONG Oxfam.
“Los paraísos fiscales facilitan el aumento de la concentración de la riqueza, de forma que quienes más tienen mueven su riqueza a lugares donde no tienen que declararla y evitan cargas fiscales. Así es como los más ricos pagan menos en proporción a su renta”, dijo la economista española.
Cañete es autora del informe “Privilegios que niegan derechos”, publicado por Oxfam en 2015, y se encuentra en Asunción para coordinar estrategias regionales en el marco de la campaña “Iguales”, que promueve una reforma fiscal a nivel internacional para reducir la desigualdad económica en el mundo.
La experta definió los paraísos fiscales como “países que ofrecen ventajas fiscales a personas no residentes, poseen tasas de tributación bajas o nulas, no intercambian de forma inmediata información impositiva con otros países y permiten abrir empresas sin especificar sus estructuras”.
Oxfam identifica como paraísos fiscales 58 países en todo el mundo. Estos sistemas sólo son accesibles a grandes capitales o empresas trasnacionales, que eluden así el pago de tributos sobre la renta o el patrimonio.
Cañete expuso que, en América Latina, 10% de los ciudadanos más ricos paga en impuestos un equivalente al 5.3% de su renta, mientras que los ciudadanos con un nivel medio de ingresos pagan tasas por valor de entre 20 y 25% de sus ingresos.
Además, detalló que 22% de la riqueza de la región se encuentra en empresas offshore, es decir, instaladas fuera de los países donde operan, generalmente en paraísos fiscales.
Esto da como resultado que cada año América Latina deje de recaudar 320 mil millones de dólares por evasión y elusión fiscal, el equivalente a 6.3% del Producto Interior Bruto (PIB) regional. Y eso impide a los Estados invertir para garantizar derechos humanos básicos como la salud, la vivienda, la educación o el acceso a agua potable.
Además, señaló, los Estados latinoamericanos pierden cada año miles de millones de dólares debido a las exenciones fiscales que aplican a ciertos sectores productivos y a ciertas rentas como la propiedad o la herencia. En cambio, los impuestos al consumo, como el Impuesto sobre el Valor Agregado (IVA), tienden a crecer y a aumentar la desigualdad, porque castigan al que menos tiene.
Oxfam propone una reforma del sistema fiscal internacional para reducir la concentración de la riqueza, a través del aumento de los impuestos sobre la renta, la riqueza y la propiedad, y de acuerdos internacionales sobre los paraísos fiscales.