La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, emprendió hoy un viaje a Nueva York con el propósito de llevar a la Organización de Naciones Unidas el viernes su denuncia de que sufre un intento de "golpe" de Estado.
El avión presidencial partió de Brasilia cerca de las 10.20 (13.20 GMT), con casi una hora de atraso sobre la programación inicialmente prevista, y llegará a Nueva York por la noche, informaron fuentes oficiales.
El viaje de Rousseff coincide con la firma del Acuerdo de París sobre Cambio Climático, en cuyas negociaciones Brasil participó activamente y a cuya firma acudirá la jefa de Estado.
La ocasión le servirá a Rousseff para exponer su visión de la crisis en que se encuentra el país y también su propia situación, que está seriamente amenazada a ser destituida en un juicio parlamentario.
Fuentes cercanas a la Presidencia dijeron a Efe que una de las intenciones de Rousseff es aprovechar el escenario de la ONU y la presencia de decenas de jefes de Estado y de Gobierno para denunciar las intenciones "golpistas" que percibe por detrás del proceso que pudiera abreviar su mandato.
Paradójicamente, durante los dos días que permanecerá en Nueva York su cargo será ocupado en forma interina por el vicepresidente Michel Temer, quien es el primero en la línea de sucesión en caso de una destitución de Rousseff y a quien ha acusado de ser "uno de los jefes de la conspiración".
El destino de Rousseff está ahora en manos del Senado, que el próximo lunes va a instalar una comisión especial para analizar las acusaciones remitidas por la Cámara de Diputados, que se refieren a maniobras fiscales irregulares.
El informe que elaborará esa comisión será votado en el pleno del Senado previsiblemente alrededor del 10 de mayo y si la Cámara alta se inclina por instaurar el juicio político, la presidenta será separada del cargo durante los 180 días que durará el proceso y su lugar será ocupado por Temer, quien completaría el mandato si se llegase a una destitución.
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