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Anticipándose a la crucial votación que este domingo se realizará en la Cámara de Diputados sobre el juicio político a Dilma Rousseff, grupos a favor y en contra de la presidenta brasileña ya acampan en Brasilia para presionar al Congreso a declararse “en contra del golpe” o por “el impeachment ya”.
Hasta el momento, los más numerosos —unos 2 mil— son los que defienden a Rousseff, movilizados con colectivos desde todos los rincones del país por el oficialista Partido de los Trabajadores (PT), la Central Única de Trabajadores (CUT) y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST). Como el gobierno del Distrito Federal prohibió acampar en la central Explanada de los Ministerios, se instalaron al lado del Estadio Nacional Mané Garrincha, en el norte de la ciudad. Montaron allí sus carpas, hamacas, colchones inflables, baños químicos, ollas populares y hasta un auditorio para “informar al pueblo” sobre el intento de “golpe” que está en curso.
“El impeachment contra Dilma no tiene base legal. La derecha no soporta haber perdido las elecciones de 2014 y quiere sacar al PT del poder como sea, además de quitarnos a los trabajadores los derechos conquistados en los últimos años”, dice Paulo João Estausia, 53, presidente de la Confederación Nacional de Trabajadores de Transporte y Logística (Cnttl), quien no descartó huelgas y bloqueos de rutas si Dilma es apartada del poder.
A menos de 2 kilómetros de allí, en el Parque da Cidade se concentran los grupos pro impeachment, con unas 30 personas en el campamento. Resaltan que, a diferencia de sus contrarios, ellos son gente que trabaja y no puede darse el lujo de estar acampando todo el día. Pero afirman que el fin de semana llegarán miles, de todos los estados, para exigir juicio político a Dilma y celebrar su victoria frente a este “gobierno corrupto”.
“Somos personas de todas las corrientes políticas, que tenemos en común nuestro deseo de un país mejor, sin el PT en el poder, que ha instituido la corrupción como el mecanismo normal de hacer política”, explica la abogada jubilada Beatriz Kicis, 53, coordinadora del “campamento de resistencia”, mantenido por donaciones de personas voluntarias que se acercan y aplauden su postura.
Allan Lopes dos Santos, profesor de Filosofía, dice estar consciente de que la salida de Rousseff no será la solución de todos los problemas, pero se cuestiona: “¿Debemos dejar que la República sea abusada como lo está siendo ahora? No”. La Nación