Más de 2 mil 700 migrantes irregulares cubanos están varados en Obaldía, puerto panameño en el mar Caribe cerca de Colombia, y Paso Canoas, puesto fronterizo de Panamá con Costa Rica. Los datos reflejan el nuevo lío migratorio regional que será evaluado hoy en esta capital por los gobiernos de México, Estados Unidos, Cuba, Ecuador, Colombia y Centroamérica, en busca de una solución.
Acosado por la nueva oleada de migrantes cubanos sin visas, a los que se unen africanos y asiáticos sin documentación requerida y todos en ruta a suelo estadounidense, el gobierno costarricense convocó a diplomáticos y jerarcas migratorios de los países involucrados.
A una consulta de EL UNIVERSAL, la cancillería costarricense lamentó que Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala, El Salvador, Belice y México sufran las consecuencias de un pleito bilateral entre La Habana y Washington, por la Ley de Ajuste Cubano, promulgada en 1966 por Estados Unidos, que estimula la migración irregular al otorgar beneficios a los cubanos con sólo tocar territorio estadounidense.
En esta ocasión las puertas de Costa Rica están cerradas para los irregulares cubanos y ninguno será recibido en este país porque con el reciente conflicto se quedó sin capacidad de afrontar un caso similar, alertó la cancillería, al abogar por el arreglo regional.
Aunque los cubanos viajan legalmente de Cuba a Ecuador, donde hay centenares de miles, tras llegar a suelo ecuatoriano emprenden un recorrido terrestre por Colombia, pasan por mar a Panamá y siguen por tierra al resto de Centroamérica rumbo a México y EU. Ecuador es pieza vital, porque eximió de visa a los cubanos desde 2008 y aunque en diciembre pasado se las impuso de nuevo, el flujo a EU desde suelo ecuatoriano sigue incesante. Migración de Panamá informó que, con datos al 6 de abril anterior, en Obaldía hay 736 cubanos y en Paso Canoas, mil 987. Se ignora la cifra en Colombia
Más de 9 mil 500 cubanos quedaron retenidos contra su voluntad en Costa Rica y Panamá luego de que, a mediados de noviembre de 2015, Nicaragua cerró sus fronteras con suelo costarricense al ingreso de los irregulares cubanos y les acusó de delincuentes. Al acogerlos por razones humanitarias en albergues, Costa Rica recibió a unos 7 mil 800 y Panamá al resto, en un lío que se extendió a mediados del mes pasado. El embrollo se prolongó de noviembre de 2015 a marzo de 2016 y fue solucionado con un puente aéreo y terrestre de Costa Rica y Panamá a El Salvador y México.