El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y Grecia condenaron hoy la brutal represión de la policía de Macedonia contra los inmigrantes que intentaban ingresar a la república ex yugoslava desde territorio griego.

Cientos de inmigrantes y refugiados resultaron heridos el domingo cuando la policía macedonia lanzó gases lacrimógenos y balas de goma contra la multitud que buscaba ingresar a Macedonia desde el campamento de refugiados de Idomeni, en la frontera griega.

“La violencia de ayer en la frontera cerca de Idomeni y las escenas que hemos visto todos del uso de gases lacrimógenos son motivo de grave preocupación para el ACNUR”, dijo su portavoz Adrian Edwards en un comunicado difundido en Ginebra.

“La gente resultó herida y hay daños a la propiedad. Se perjudica a la percepción de los refugiados y a la imagen de Europa por igual. Todo el mundo pierde”, lamentó.

Según la organización Médicos Sin Fronteras (MSF), unas 300 personas fueron atendidas por problemas respiratorios debido a los gases lacrimógenos, 30 por impactos de balas de goma y otros 20 por otro tipo de heridas.

El ACNUR subrayó que en la última semana la atención se ha centrado en la aplicación del acuerdo entre Ankara y la Unión Europea (UE), con la devolución de inmigrantes y refugiados de Grecia a Turquía.

Sin embargo, precisó, que no se debería olvidar a los muchos otros refugiados e inmigrantes afectados por la situación, especialmente los cerca de 46 mil que llegaron a Grecia antes del acuerdo.

En Atenas, el primer ministro griego, Alexis Tsipras, también condenó este lunes la represión de las fuerzas armadas de Macedonia contra los inmigrantes. “Es una gran vergüenza para la sociedad europea y para un país que quiere formar parte de ella”, consideró.

Tsipras acusó a la policía macedonia de “violencia desenfrenada” y de haber convertido la situación de los inmigrantes en “difícil y peligrosa”.

Destacó que las fuerzas del orden macedonias emplearon gases lacrimógenos y balas de goma contra personas que no suponían una amenaza ni estaban armadas

Por su parte, el presidente griego, Prokopis Pavlópulos, criticó con dureza la actuación policial de Macedonia, calificándola de “inaceptable” para un país que aspira a unirse a la UE y a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Alrededor de 11 mil inmigrantes y refugiados acampan en condiciones miserables en el puesto fronterizo griego de Idomeni desde febrero pasado, pidiendo la reapertura de la frontera.

La frontera está cerrada desde comienzos de marzo, cuando los países de la llamada ruta de los Balcanes, por los que pasaban los inmigrantes hacia Alemania o el norte de Europa, decidieron cerrar sus puertas.

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