En su afán de cerrar la ruta de los Balcanes, la Unión Europea (UE) mejoró su oferta a Turquía para que se haga cargo de todos los migrantes irregulares que lleguen a partir de ahora a Grecia, incluyendo los sirios.
El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, aseguró que lo que se busca es romper con el modelo de negocios de los traficantes y “ser claros de que la única forma viable de venir a Europa es por canales legales”.
“La migración irregular por la ruta de los Balcanes ha llegado a su fin”, precisó el Presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
El principio de acuerdo alcanzado por la UE y Turquía en una cumbre extraordinaria, incluye una serie novedades en comparación con el paquete pactado en noviembre pasado.
Turquía se compromete a recibir de vuelta a todo migrante irregular, incluyendo sirios, que lleguen a territorio griego desde las costas trucas. También Ankara reforzará su seguridad fronteriza y facilitará la creación de un puente aéreo para que los refugiados lleguen a la UE de manera ordenada.
A cambio, Bruselas se comprometió a adelantar para junio la exención progresiva de visados para turcos, prevista para 2017 y a avanzar en el proceso de adhesión de Turquía a la UE abriendo cinco capítulos.
Al mismo tiempo, se estableció que por cada sirio que vuelva a Turquía de Grecia uno será reubicado en Europa, y habrá ayuda para Ankara adicional a los 3 mil millones de euros comprometidos en noviembre pasado. El gobierno turco pidió 3 mil millones adicionales.
La ministerial tuvo lugar en un momento en el que aumentan las críticas contra Bruselas, tanto por el enfoque usado para frenar a los refugiados, como por su acercamiento con el presidente Recep Tayyip Erdogan, quien libra una campaña de hostigamiento, intimidación y persecución contra la libertad de expresión, denuncia la Federación Internacional de Periodistas.
El último golpe fue dirigido contra el diario más crítico del país, Zaman. El periódico fue puesto bajo control gubernamental el pasado 4 de marzo luego de que la policía tomara por la fuerza el control de las instalaciones por orden de un juez.
Amnistía Internacional afirma que Turquía no ofrece la adecuada protección a los refugiados como para encomendarle la delicada misión de servir como guardacostas de la Unión.
Para la eurodiputada húngara Kati Piri, la UE está jugando mal sus cartas, pues también el gigante musulmán necesita de los europeos, por lo que no está sólo en condiciones de exigir.
“Turquía también nos necesita: con excepción de la UE no tiene más amigos y el sector turístico está colapsando por la presión interna”, dijo Piri.