El ejército de Estados Unidos mató a 150 combatientes del grupo Al-Shabaab, una organización yihadista somalí afiliada a Al-Qaeda, en un ataque aéreo contra un campo de entrenamiento del grupo terrorista, informó ayer el Pentágono.
El bombardeo, según detalló en un comunicado el portavoz del Departamento de Defensa, Peter Cook, fue realizado por aviones “tripulados y no tripulados” el pasado sábado contra el campamento de la organización terrorista en Raso, Somalia.
Los combatientes entrenaban para un “ataque a gran escala”, se encontraban a punto de abandonar el campamento y representaban una “amenaza inminente” para EU y las fuerzas de la Unión Africana, aseguró Jeff Davis, otro portavoz del Pentágono.
Cook añadió que la eliminación de los yihadistas degrada “la habilidad de Al-Shabaab de alcanzar sus objetivos en Somalia, inclusive captar nuevos miembros y planear ataques contra EU y las fuerzas de la Misión de la Unión Africana”. Davis no aclaró dónde se iba a producir el ataque, pero Estados Unidos mantiene una pequeña presencia militar en Somalia.
Además, ayer el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo que dará a conocer en las próximas semanas un informe sobre las víctimas que han causado sus drones en operaciones antiterroristas realizadas desde 2009 en países como Paquistán o Yemen.
Ataque en Túnez. En Túnez, al menos 53 personas, entre ellas 35 supuestos yihadistas, murieron en Ben Guerdan, limítrofe con Libia, en un ataque contra un cuartel y comisaría.
El primer ministro de Túnez, Habid Essid, aseguró que el ataque supone una nueva estrategia de los yihadistas, que “pretendían instaurar un Estado como el de Daesh”, acrónimo para referirse al Estado Islámico (EI).