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Washington.— En una jornada electoral de resultados dispares, la carrera del magnate neoyorquino Donald Trump hacia la candidatura presidencial republicana perdió ayer impulso ante el avance de Ted Cruz, senador por Texas, quien consiguió un empate 2-2. Del lado demócrata, Bernie Sanders se impuso 2-1 a Hillary Clinton.
Las aspiraciones de Cruz cobraron anoche nuevos bríos, al obtener la victoria en los caucus de los estados de Kansas y Maine, con lo que consigue prolongar la incierta batalla por la nominación presidencial y acentuar el ambiente de caos en el seno del Partido Republicano.
Expertos y medios siguieron con interés la jornada electoral republicana de ayer, dado que sólo estuvo abierta a republicanos registrados. Un triunfo definitivo de Trump habría demostrado que se está granjeando la confianza de los republicanos de base. En sus victorias anteriores, los electores independientes fueron clave.
Otro factor que incrementó el atractivo de los comicios fueron los llamados desde diversos sectores republicanos para frustrar la candidatura de Trump y votar por cualquiera de sus rivales. Los mismos Marco Rubio, senador por Florida, y Cruz unieron fuerzas en los últimos debates para atacar al magnate.
“Creo que ha habido un cambio [en la dinámica] tras los dos últimos debates. Kansas y Maine son dos victorias que demuestran que los republicanos han decidido sumarse a mi causa”, aseguró Cruz. “He derrotado a Trump en más ocasiones que nadie. Lo he vencido en estados distintos, lo que demuestra mi capacidad para agrupar a distintos grupos”, añadió.
Rubio, la esperanza del establish-ment partidista, volvió a fracasar en su intento por reclamar una victoria. Celebradas elecciones en 22 estados, Rubio sólo ha ganado en Minnesota, poniendo en duda su habilidad, no ya para derrotar a Trump, sino para siquiera darle alcance en su marcha hacia la nominación presidencial.
Trump se impuso en las primarias de Louisiana y, según medios como The New York Times y CNN, también ganó en el caucus de Kentucky, lo que lo mantiene a la cabeza de los aspirantes republicanos y de la suma de delegados (347), que hará valer en la convención del Partido Republicano en julio, en la ciudad de Cleveland, Ohio.
En el bando demócrata, Sanders sorprendió con dos victorias importantes en los caucus de Kansas y en Nebraska. “Tenemos el impulso y estamos camino a la victoria”, dijo en una declaración. Clinton, la favorita de cara a la nominación —tiene mil 104 delegados y superdelegados, contra 446 del senador por Vermont—, conquistó las primarias de Louisiana, un estado que demuestra el amplio respaldo de la ex secretaria de Estado en el sur de EU y entre la comunidad afroestadounidense.
En un mensaje desprovisto de todo triunfalismo, Hillary insistió en que es la más idónea candidata para defender el legado del presidente Barack Obama, un mensaje que resuena justo entre la base electoral afroestadounidense. “Vamos a derrumbar barreras. No a crear muros. Tenemos que luchar por una prosperidad incluyente”, aseguró desde Detroit, donde ayer celebró una victoria que le permitirá reclamar la mayoría de los 58 delegados en juego. Sanders podrá reclamar la mayor parte de los 67 delegados en juego en Kansas y Nebraska.
Hoy habrá primarias republicanas en Puerto Rico y caucus demócratas en Maine. La próxima cita clave será el martes en Michigan, un estado que ofrece una bolsa de 147 delegados para los demócratas y 59 para los republicanos. Ese día ambos partidos tienen también elecciones en Mississippi y los republicanos votarán, además, en Idaho y Hawai.