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Los aspirantes a la nominación presidencial por el Partido Republicano Marco Rubio y Ted Cruz se unieron el jueves en el debate contra su enemigo común: Donald Trump. No fueron los únicos. Preocupados por las crecientes posibilidades del magnate de hacerse con la candidatura, diveros líderes del partido han advertido de la “amenaza Trump”.
Horas antes del debate, Mitt Romney, ex gobernador de Massachusetts y ex candidato presidencial, advirtió que si Trump llega a la Casa Blanca llevará a Estados Unidos “al abismo” y llamó a iniciar una revuelta contra el multimillonario y apoyar a cualquier aspirante republicano que pueda bloquearlo.
“Una persona como Trump, que ha dicho barbaridades de los musulmanes, de los mexicanos, de las mujeres, de George Bush y de John McCain no debería ser el candidato de nuestro partido para presidente”, dijo.
Otras voces se sumaron al llamado. “Hillary Clinton es un mal menor que Donald Trump, de lejos”, se atrevió a señalar Eliot Cohen, un funcionario del Departamento de Estado durante la presidencia de George W. Bush.
Desde el frente legislativo, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, sugirió comenzar a tomar distancia del magnate.
Larry Sabato, de la Universidad de Virginia, lo puso en los siguientes términos: “Si Trump es el candidato a la presidencia, los demócratas podrían ganar hasta 51 escaños en el Senado en [las elecciones de] noviembre. Esto se traduciría en un Senado bajo control demócrata y una tercera victoria demócrata en la presidencia”.
Pero la campaña “todos contra Trump” se enfrenta a una marea de encuestas que favorecen las aspiraciones presidenciales del multimillonario. A nivel nacional, de acuerdo con el muestreo de RealClearPolitics, Trump es el aspirante más consolidado en las preferencias de la base republicana, con 35.6%, muy lejos de Cruz (19.8%) y de Rubio (17.4%).
Algunos líderes republicanos vaticinan que de seguir las cosas así, la convención de Cleveland de la que saldrá el candidato del partido estará tan dividida que podría transformarse en una guerra civil.
A partir de julio, si es nominada candidata presidencial por el Partido Demócata, Hillary Clinton podría sumarse a la guerra contra Trump. Pero nadie sabe si ella será capaz de frenar al magnate neoyorquino. “Hillary tiene en su favor la demografía”, señaló Sabato en alusión al amplio respaldo del voto hispano, afroamericano, asiático y femenino. “Pero también lleva su propia carga [de escándalos]”, añadió, en alusión a los emails que el FBI sigue analizando para determinar si violó la ley cuando era secretaria de Estado. Y si la guerra contra Trump falla, ¿qué le impedirá llegar a la Casa Blanca?