El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva abandonó la comisaría de la Policía Federal a la que fue conducido hoy a declarar, tras un interrogatorio que se prolongó por más de tres horas ante los responsables por la investigación del escándalo de corrupción en la estatal Petrobras.
Lula, que había sido llevado a la comisaría de la Policía Federal en el aeropuerto de Congonhas de Sao Paulo a las 8.00 hora local (11.00 GMT), salió de la terminal hacia las 11.30 hora local (14.30 GMT) en un vehículo particular y se dirigió a la sede de la dirección nacional del Partido de los Trabajadores (PT), en el centro de la mayor ciudad brasileña.
El ex jefe de Estado fue el principal blanco en una operación realizada por la Policía Federal en el marco del proceso por los desvíos en la petrolera estatal por más de 2.000 millones de dólares.
Además de conducir a Lula a una comisaría para prestar declaración, la Policía allanó varias residencias del exmandatario, incluyendo el Instituto Lula, de sus familiares y de algunos allegados.
Entre las propiedades allanadas figuran un apartamento de playa y una casa de campo que están a nombre de empresarios pero cuya propiedad se atribuye a Lula en un proceso por ocultación de patrimonio y blanqueo de dinero.
El expresidente, contra quien fue dictada una orden de "traslado coercitivo" para que compareciera a la comisaría sin que se le privara de la libertad en ningún momento, abandonó el aeropuerto por una puerta trasera y a la que no tienen acceso ni el público ni la prensa.
En una rueda de prensa en la que dio detalles de la operación, el fiscal Carlos Fernando dos Santos Lima, responsable de la investigación del caso de Petrobras, afirmó que el conjunto de indicios contra el exmandatario es "bastante significativo".
Según el fiscal, el Instituto Lula, presidido por el líder político, recibió cerca de 20 millones de reales (unos 5 millones de dólares) en donaciones de las cinco empresas más implicadas en los desvíos en Petrobras.
El fiscal agregó que el ex jefe de Estado recibió de esas mismas cinco empresas cerca de 10 millones de reales (unos 2,5 millones de dólares) como pago por conferencias que dictó tanto en Brasil como en el exterior.
De acuerdo con las cuentas de la Fiscalía, del total de recursos recibidos por el Instituto Lula en los últimos años, un 60 % provino de las cinco empresas más implicadas en las corruptelas de Petrobras, que también fueron responsables por el 47 % de los recursos que el exgobernante recibió por dar conferencias desde que fue sucedido por Dilma Rousseff en 2011.
"Es claro que donaciones pueden ser hechas por diversos motivos, pero tenemos que investigar si eso tiene alguna relación con los desvíos de Petrobras", afirmó