Con los ataques terroristas perpetrados este martes en Bruselas por la célula de los hermanos El-Bakraoui, el Estado Islámico (EI) envió el mensaje de que es capaz de golpear blancos altamente resguardados, como el propio corazón de Europa, sostiene Evgeniya Gvozdeva, experta en terrorismo del Centro de Seguridad e Inteligencia Estratégica Europea (ESISC, por sus siglas en inglés).

“El objetivo era demostrar que el Estado Islámico es capaz de atacar áreas estratégicas altamente protegidas”, dice Gvozdeva en entrevista con EL UNIVERSAL. “También mostrar capacidad de que pueden atacar justo en el momento en que las medidas de seguridad habían sido reforzadas en todo Bruselas. Por desgracia, lograron su objetivo”.

Para la experta en movimientos fundamentalistas, el haber ejecutado con éxito un atentado en una capital que estaba en alerta y resguardada desde hace cuatro meses, hace de Bélgica la nación más vulnerable en Europa ante el terror. “Bélgica representa hoy en día el país más expuesto a la amenaza terrorista en la Unión Europea, así como el país con mayor número de yihadistas per cápita que viajó a Siria”.

Gvozdeva agrega: “Creemos que los ataques en Bélgica representan la inminente amenaza terrorista que enfrenta toda la UE”, y prevé futuros atentados; asegura que inmediatamente después de los ataques en Bruselas el ESISC detectó en las redes sociales asociadas al Estado Islámico una gran movilización, con llamados a ejecutar nuevos asaltos en Bruselas y otros países de la UE, particularmente Alemania.

“Según las últimas estimaciones de las autoridades de seguridad de la UE, al menos 6 mil yihadistas europeos se unieron al Estado Islámico o una filial de Al-Qaeda en Irak y Siria desde el inicio del conflicto sirio. Centenares de ellos ya volvieron a la UE, algunos podrían estar en la etapa final de la confabulación de un ataque terrorista”.

La yihad estremeció Bruselas, la capital europea por ser sede de sus instituciones, la mañana del martes haciendo estallar dos bombas en el aeropuerto internacional y una en el Metro de Maalbeek; la policía adjudicó el ataque al mismo grupo que ejecutó la masacre en París.

La investigadora asegura que la precisión del ataque y el tipo de explosivos usados —peróxido de acetona, una bomba fabricada con productos de uso doméstico y conocida en el circuito delictivo como la “Madre de Satán”— demuestran el nivel de adiestramiento de la célula fundamentalista, así como su alto nivel de preparación.

“Los ataques fueron coordinados, usaron gran cantidad de explosivos, participaron varios individuos y los blancos fueron elegidos sabiendo que había presencia militar y policiaca desde noviembre pasado; patrullaban el Metro y el aeropuerto todos los días, así que implicó semanas o meses de preparación, y no días”.

Gvozdeva señala que los atentados además evidenciaron que la justicia muy probablemente subestimó las implicaciones de la detención, el viernes pasado en Bruselas, del principal terrorista responsable de los ataques en París, Salah Abdeslam.

Igualmente, la experta opina que estos hechos constituyen una lección para los servicios de inteligencia, pues todo parece indicar que una detención, en este caso de Abdeslam, y el allanamiento de domicilios, forzó a los terroristas a acortar los plazos y a actuar de inmediato, lo que sin embargo, no evitó la agresión.

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