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Bombazo, una amenaza latente

Mexicanas en Bélgica cuentan sus temores, tras lo ocurrido ayer

Un soldado en el aeropuerto Zaventem, luego de las explosiones de ayer que provocaron la caída de una parte del techo (REUTERS)
23/03/2016 |01:44
Redacción El Universal
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Estudiantes mexicanas que se encuentran de intercambio en Bruselas vivieron de cerca los atentados en el aeropuerto y el Metro de esa ciudad.

Una de ellas es Paulina Raigosa, queretana de 22 años, quien arribó la mañana de ayer a Montgomery, una estación del Metro que se ubica a dos paradas de la de Maelbeek, donde ocurrió uno de los atentados.

“Primero no entendí qué estaba pasando. Cuando empecé a ver a toda la gente correr en la estación y a los policías gritar, me súper asusté. Luego, al salir y ver muchísima gente en la calle, intentando llamar, fue cuando entré en pánico”, dice la joven, estudiante de Comunicación en la Escuela Bancaria Comercial, en entrevista con EL UNIVERSAL, vía Skype.

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Alejandra Plaza, estudiante de octavo semestre de Administración en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se encontraba en el Aeropuerto Internacional de Zaventem cuando ocurrieron los atentados. Llegó a la terminal aérea minutos antes de las 7:00 horas, acompañando a sus amigos, quienes viajarían a Berlín para el inicio del spring break.

“Yo no escuché nada [de las detonaciones], ellos [sus amigos] dicen que tampoco. Nos empezaron a resguardar y nos llevaron a los hangares. Nos dieron mantas para cubrirnos del frío, agua y comida”.

Su amiga Lizeth Castro pasó momentos de angustia antes de saber que Alejandra estaba bien. “Estamos bien; sin embargo, mi amiga estuvo atrapada en el aeropuerto de Zaventem”, dice a través de Skype Lizeth, mexicana de 23 años que se encuentra temporalmente en Bélgica como parte de una opción de titulación que la UNAM le permite en la carrera de Contaduría. Al momento de los ataques se encontraba en la residencia donde viven los estudiantes mexicanos de intercambio.

Lizeth llegó a Bélgica hace apenas 54 días, cuando el país se encontraba en la fase tres de seguridad, lo que implicaba encontrar a militares en las calles frecuentemente y medidas simples como sellar los botes de basura para evitar que sean utilizados como depósitos de artefactos explosivos.

Reconoce que previo a su viaje a este país europeo se sentía inquieta por los ataques ocurridos en París, en noviembre, aunque asegura que en su vida cotidiana nunca actuó bajo una lógica de terror. Hoy, la nación se encuentra en fase cuatro, que representa una “amenaza seria e inminente”.

“Es increíble lo que ha ocurrido, cuesta trabajo asimilarlo”, dice Lizeth. Reconoce que tiene miedo. “Sí, hay un poco de miedo. Uno no sabe en qué momento pondrán una bomba en otro lugar”, explica. Sin embargo, asegura que no dejará que el temor la detenga. “Eso es lo que los terroristas quieren, sembrar pánico en la ciudad. Seguiremos con nuestra vida tan normal como podamos”.

La UNAM aseguró que tanto Lizeth como Alejandra están bien de salud.

“La Dirección General de Cooperación e Internacionalización, encargada del Programa de Movilidad Estudiantil Internacional nivel licenciatura y la Facultad de Contaduría y Administración se mantienen en contacto con ellas desde esta mañana y así continuarán durante los próximos días”, dijo la institución en un comunicado.