Los tres yihadistas identificados hasta ahora como responsables de la masacre perpetrada en el corazón de Europa, eran conocidos por la policía, todos se hicieron estallar con explosivos y pertenecían al mismo clan que aterrorizó París.

Dos son hermanos originarios de Bruselas, Khalid y Ibrahim El Bakraoui, quienes estaban fichados por la policía por delincuencia organizada, más no por terrorismo.

El tercer suicida es identificado como Najim Laachraoui, de 24 años de edad, quien estudió electromecánica y creció en el barrio de mayoría musulmana de Schaarbeek, Bruselas.

Contrario a lo que se había dicho al inicio de las investigaciones, no se fugó, sino que se hizo estallar en el aeropuerto.

Laachraoui, habría sido el responsable de armar los explosivos, cinco en total, pero sólo cuatro fueron llevados al aeropuerto. Una tercera bomba, la más potente, no estalló.

De acuerdo con datos policiacos, Laachraoui fue uno de los primeros en Europa que se sumó a la yihad invocada por el Estado Islámico. Viajo a Siria en febrero de 2013, en donde recibió adiestramiento logístico, entrenamiento sobre fabricación de explosivos y recibió la encomienda de elaborar una red de potenciales terroristas en Europa.

Luego de dos años en Siria, volvería a Bélgica por la ruta de los Balcanes. En Budapest estuvo en contacto con Salah Abdeslam, detenido el viernes pasado como responsable de los atentados en París, así como con Mohamed Belkaïd, el argelino abatido durante la balacera registrada en Vorst el 15 de marzo. Se presume que Laachraoui fue el encargado de preparar también los explosivos utilizados en los ataques terroristas en París.

Khalid, de 27 años de edad, se inmoló en la estación del metro de Maalbeek, muy cerca de las sedes de la Unión Europea. Este individuo, bajo un nombre falso, alquiló el domicilio en el que la semana pasada se registró la balacera y se encontraron elementos que condujeron a la captura de Salah Abdeslam.

Su hermano, Ibrahim, se quitó la vida en la terminal de salidas del aeropuerto internacional. Ibrahim había pisado una cárcel belga por robo de vehículos con violencia, pero en 2014 recibió libertad condicional.

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan, le echó sal a la herida tras revelar que en junio del año pasado Ibrahim fue detenido por la policía turca en Gaziantep, no muy lejos de la frontera con Siria.

El mandatario turco aseguró que Ibrahim fue enviado a Holanda al mes siguiente con la advertencia explícita de que era un yihadista peligroso, pero fue dejado en libertad.

“En ese momento, para nosotros no era conocido por terrorismo, era un criminal de derecho común que fue puesto en libertad condicional”, dijo el ministro belga de Justicia, Koen Geens.

En una computadora fue encontrado una especie de testamento de Ibrahim en el que se refleja su desesperación: “sin saber qué hacer, buscado en todos lados, es probable que termine en una celda”.

El fiscal federal Frédéric Van Leeuw, informó que "un número de personas involucradas aún no ha sido detenidas".  Por lo menos hay un individuo huido  y cuya identidad aún no ha sido revelada. 

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