Los candidatos republicano y demócrata, Donald Trump y Hillary Clinton, no defraudaron ayer las expectativas del primer supermartes con una serie de victorias que los colocan en la antesala de la nominación a la candidatura presidencial.
Tanto Trump como Clinton consiguieron vencer en la mayoría de los 11 estados en disputa y sólo dejaron margen para la victoria testimonial de sus adversarios en menos de la mitad de los estados en juego.
En el caso de Trump, aunque sus ejércitos fueron incapaces de vencer al senador por Texas, Ted Cruz, quien no sólo ganó en su propio territorio, sino también en Oklahoma, la racha de victorias le permitió defender su causa en favor de la postulación presidencial.
“Yo soy capaz de unir al partido y soy capaz de unir al país”. “Una vez que termine todo esto, voy a ir detrás de una sola persona: Hillary Clinton”, aseguró Trump en su mensaje de victoria desde Palm Beach, Florida.
En su primer mensaje ante los medios, Trump se negó a responder, sin embargo, a los cuestionamientos de si piensa bascular sus posiciones extremistas hacia el centro, particularmente en el terreno de la inmigración indocumentada o en su propuesta para construir un muro con México.
En el caso de Hillary Clinton, su campaña cantó victoria en la mayoría de los estados del sur. El triunfo por amplio margen en Texas, Alabama, Georgia y en Virginia confirmaba la ventaja de Clinton entre la base electoral hispana y afroestadounidense.
“Hemos demostrado que somos capaces de unir y trabajar juntos en favor de una misma causa”, aseguró Hillary al lanzar el primer ataque directo contra Trump, su más seguro adversario.
“Nosotros vamos a ser quienes apuesten por la unidad. Nosotros no construiremos muros, sino que derribaremos barreras. No cometeremos el mismo error de quienes quieren separarnos. El tratar de dividirnos entre ellos y nosotros está muy mal”, dijo Clinton al celebrar su victoria desde Miami.
Los triunfos de Clinton, aunque contundentes, no conseguían el carro completo. Su adversario, el senador por Vermont, Bernie Sanders, conseguía sorprender al anotarse no sólo una victoria esperada en su estado, sino además en Oklahoma, Colorado y en Mi-
nnesota, para mostrar así que la base electoral que lo ha acompañado en el curso de los últimos meses se sigue resistiendo a la candidatura de Clinton.
“Nosotros vamos a seguir en esta lucha. No vamos a renunciar por la justicia social. Por una mayor igualdad. Y para recuperar nuestra nación de los intereses creados y de aquellos que han hecho del proceso electoral el sistema más corrupto”, aseguró Sanders en un mensaje pronunciado desde Vermont.
Tras confirmarse la victoria de Trump, el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, su inesperado aliado, salió ante los medios para levantar simbólicamente la mano al magnate: “Esta noche Donald Trump es el claro vencedor. Esta noche es el comienzo de Donald Trump para unir al partido de cara a la gran victoria de noviembre”, dijo.
La misión de unir al partido se enfrentaba, sin embargo, a las ambiciones de Ted Cruz, quien ayer mismo insistía en presentarse como el mejor posicionado para derrotar a Hillary, tras sus dos victorias en Texas y Oklahoma. Mientras tanto, Marco Rubio se conformaba con una victoria en Minnesota, la primera que cosecha desde el inicio de la contienda.