El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ordenó ayer, en víspera del quinto aniversario de la guerra civil en Siria, la retirada del grueso de las tropas rusas desplegadas en el país árabe desde hace más de seis meses.

“Las acciones que nuestras fuerzas armadas y el ministerio de Defensa tenían por delante se ha cumplido en términos generales. La eficaz labor de nuestros militares ha creado las condiciones para el inicio de un proceso de paz”, dijo.

La decisión no significa el fin automático de los bombardeos de las fuerzas aéreas rusas en Siria, dijo el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien insistió en que aún no se acabó con el terrorismo en el país.

El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, habló ayer con Putin por teléfono sobre la retirada de las fuerzas rusas. En su conversación telefónica, los dos mandatarios abordaron también sobre “los próximos pasos necesarios para implementar por completo el cese de hostilidades” en Siria, “con el objetivo de impulsar las negociaciones políticas sobre la resolución del conflicto”, según la Casa Blanca.

El Kremlin explicó que la decisión de retirar las tropas fue de Putin, aunque éste la consensuó con Al-Assad, a quien el líder ruso llamó para comunicarle que Rusia mantendrá elementos para controlar el cumplimiento del alto el fuego. “Nuestras bases, la marítima en Tartus [puerto en el Mediterráneo] y la de aviación en el aeródromo de Jemeim [Latakia] seguirán funcionando. Deben ser defendidas por tierra, mar y aire”, precisó Putin.

La oposición siria reaccionó con cautela y pidió saber el alcance de la retirada. “Si hay una retirada, queremos saber si incluye el cese de los bombardeos aéreos. Si es así, eso cambiaría el conflicto”, dijo Munzer Makhous, portavoz del Alto Comité para las Negociaciones de la oposición. El Consejo de Seguridad de la ONU consideró ayer como algo “positivo” la decisión de Rusia.

En tanto, ayer reiniciaron las conversaciones de paz en Siria para poner fin a cinco años de guerra. El mediador internacional, Staffan de Mistura, dijo que “ahora es el momento de la verdad. El único plan B disponible es volver a la guerra”.

Más de 80% de los niños de Siria han sufrido por la guerra, incluso aquellos que se ven obligados a trabajar se unen a grupos armados o se casan jóvenes debido a la creciente pobreza, afirmó la UNICEF ayer al cumplirse el primer lustro de que iniciara la crisis.

También señaló ayer que unos 3.7 millones de niños han nacido durante ese periodo en Siria, lo que implica que sus vidas han sido moldeadas por la violencia, el temor y el desplazamiento.

Peter Salama, jefe regional de la Agencia de Naciones Unidas para la Infancia, pidió a los países donantes cumplir sus promesas sobre la ayuda prometida a Siria en una conferencia en Londres el mes pasado. La UNICEF busca mil 600 millones de dólares en 2016 para ayudar a los niños sirios. Casi 3 millones no acuden a la escuela.

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