Washington.— En medio de un intenso debate, los demócratas Hillary Clinton y Bernie Sanders intercambiaron ayer varios golpes bajos al acusarse mutuamente de no haber hecho lo suficiente para defender a la comunidad inmigrante.
Así, mientras Clinton reprochó al senador por Vermont el haber votado en contra de la iniciativa de reforma migratoria en 2007, Sanders acusó a la ex secretaria de Estado de haber permitido la expulsión de miles de niños que habían alcanzado las fronteras de Estados Unidos desde distintos puntos de Centroamérica en el verano de 2014: “Yo me manifesté a favor de que se quedaran y usted pidió que fueran deportados”, acusó Sanders en un intercambio que dejó en evidencia la urgencia de ambos por presentarse como la mejor opción ante la comunidad latina.
“Voy a ampliar los programas del presidente Obama (conocidos como DAPA y DACA) y apoyar una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía”, contestaron ambos a los moderadores, coincidiendo en un punto que se ha convertido en la punta de lanza frente a los aspirantes del Partido Republicano que han prometido cancelarlos.
El debate permitió a Clinton contraatacar a Sanders, quien ha conseguido ponerla en serios aprietos durante varias elecciones primarias. El debate se produjo a pocos días del supermartes del próximo 15 de marzo, en que se disputarán los estados de Florida e Illinois, que concentran buena parte de la comunidad hispana.