Ankara.— Alemania y Turquía se mostraron ayer en favor de que la OTAN intervenga en la gestión de la crisis de refugiados luchando contra los traficantes de personas en la zona marítima entre Grecia y Turquía y destacaron la importancia de hallar mecanismos para que la migración hacia Europa se produzca por vía legal.
La postura conjunta fue manifestada durante la visita de la canciller Angela Merkel a Turquía.
Tanto Turquía como Alemania pertenecen a la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte). Merkel espera que una solución internacional rebaje las exigencias de que se tomen medidas nacionales y unilaterales. Alemania apunta además a que la migración hacia Europa se produzca en forma legal.
En este sentido, se espera que la guardia costera turca mejore su labor en cooperación con Grecia y la agencia europea para la protección de las fronteras exteriores, Frontex. Además, Merkel anunció que las policías de ambos países reforzarán su colaboración en la lucha contra las mafias de traficantes de personas.
Alemania le aseguró además a Turquía su colaboración para asistir a las decenas de miles de refugiados sirios que se agolpan en la frontera con Turquía. Según Médicos Sin Fronteras, casi 80 mil sirios se encuentran camino al paso fronterizo de Kilis, donde hay unas 10 mil personas. La situación de la gente que espera que se le permita ingresar en Turquía es cada vez más difícil, advirtió la organización, puesto que faltan albergues, agua potable e instalaciones sanitarias.
Merkel criticó ayer a Rusia por sus bombardeos en Siria que han forzado a decenas de miles de civiles a huir, lo que sería una violación a una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU firmada por Moscú en diciembre. Las fuerzas del gobierno sirio recapturaron una aldea al norte de Aleppo, colocándose cerca de la frontera con Turquía gracias al apoyo aéreo ruso, informaron tanto el gobierno sirio como activistas de la oposición.
La ofensiva del gobierno en los alrededores de la ciudad de Aleppo ha ocasionado un éxodo de migrantes hacia la frontera con Turquía, que lleva cuatro días clausurada. Turquía está siendo presionada para que abra sus fronteras a los refugiados, muchos de los cuales están pernoctando a la intemperie en medio del frío.
Al contrario, varios países de la Unión Europea expresaron ayer críticas contra Grecia por lo que consideran un control deficiente de las fronteras externas del bloque europeo.
Austria cuestionó que no utilice su Marina para operativos civiles. Hungría y Polonia se sumaron a las críticas y exigieron un refuerzo de la frontera norte de Grecia con Macedonia y Bulgaria, de modo de obstaculizar el paso de los refugiados. De hecho, Macedonia comenzó ayer a reforzar una valla en su frontera con Grecia.
En tanto, la guardia costera turca dijo que se ahogaron 34 inmigrantes ayer en dos hundimientos frente a las costas del país y que continuaban las operaciones de búsqueda y rescate del resto de los pasajeros.
Veintitrés personas se ahogaron cuando su embarcación volcó en el Mar Egeo. Entre los muertos hay al menos 11 niños. En otro incidente, la agencia de noticias Dogan reportó que 11 inmigrantes perecieron y tres fueron rescatados cuando su barco se hundió en un punto más al sur, frente a las costas turcas de Dikili.
