La canciller alemana, Angela Merkel, analizará hoy con las máximas autoridades de Turquía el acuerdo alcanzado en noviembre con la UE para que Ankara frene la llegada de refugiados a Europa, justo cuando unos 45.000 sirios que huyen de la guerra aguardan para entrar en territorio turco.

La jefa del Gobierno alemán llegó anoche a Ankara, donde esta mañana se entrevistará con el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y luego con el presidente, Recep Tayyip Erdogan.

Esta reunión, la quinta de este tipo en cuatro meses, servirá para analizar la marcha del acuerdo por el que Unión Europea (UE) se comprometió a entregar 3.000 millones de euros a Turquía a cambio de que aumente la vigilancia que impida la llegada masiva e incontrolada de refugiados a suelo europeo.

"Ahora se trata de aplicar el acuerdo UE-Turquía para ayudar a mejorar las condiciones de vida de los refugiados en Turquía", indicó Merkel el pasado viernes.

La canciller ha insistido en que es esencial aumentar el control en las fronteras exteriores para poder mantener la zona Schengen de libre circulación en la Unión Europea, un sistema que calificó como un pilar del bienestar comunitario.

Varios países de la UE han ido suspendiendo y limitando la libre circulación fronteriza argumentando la necesidad de limitar la llegada de refugiados que huyen de la guerra y la miseria en Oriente Medio, Asia y África.

Los medios turcos indican que el Gobierno de Ankara volverá a insistir en la necesidad de recibir cuanto antes los 3.000 millones de euros prometidos para poder atender a los refugiados.

Turquía también quiere que Bruselas elimine a partir de octubre la obligación de visado para los ciudadanos turcos que viajan a territorio comunitario y acelerar las negociaciones de acceso a la Unión Europea.

La vista de Merkel se produce cuando en el lado sirio de la frontera con Turquía unas 45.000 personas que huyen de la guerra civil esperan para poder entrar en suelo turco.

Estas personas, que huyen de los combates y bombardeos en Alepo, se han encontrado con los pasos fronterizos cerrados.

Turquía alberga actualmente a 2,7 millones de sirios, de los que 260.000 viven en campamentos dispuestos por las autoridades y el resto sobrevive por su cuenta, trabajando habitualmente de forma ilegal, dado que aún no ha entrado en vigor la ley, largamente anunciada, que regula su acceso al mercado laboral.

Ankara asegura haberse gastado más de 8.000 millones de dólares en atención a los refugiados desde 2011.

jcra

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