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En Vermont, el estado que lo aupó a senador, Bernie Sanders supera su condición de político para ser un icono, hasta el punto que uno de los cofundadores de la famosa casa de helados Ben & Jerry's le ha dedicado un sabor, para poner un toque de dulce en su carrera a la Casa Blanca.
Lo novedoso en el "Anhelo de Bernie" -tal y como lo ha bautizado Ben Cohen, su creador y socio fundador de Ben & Jerry's- no son los ingredientes, pues como el propio Cohen admite es un helado tradicional de menta y chocolate, sino su distribución.
"Todo el chocolate ha subido, ahí es donde está todo el dinero", explica Cohen al presentar el helado de Bernie, en el que el disco de chocolate en la parte superior representa el 1 % de los más ricos que no dejan que el 99 % restante (la menta) progrese y logre romper su barrera.
Por ello, para comerlo hay que cumplir "el anhelo de Bernie", es decir, coger la cuchara más dura que se tenga, golpear el disco de chocolate para romperlo en pequeñas piezas y hundirlas bajo la menta con ayuda de la cuchara para hacer la revolución y "redistribuir la riqueza".
Pese a estar envasado en las mismas tarrinas características de Ben & Jerry's e incluso usar una tipografía similar, el "Anhelo de Ben" no puede comprarse en los establecimientos de la compañía, y de hecho ni tan siquiera lo sirven en la fábrica original de la empresa en Waterbury (Vermont).
Se trata de una apuesta personal de Cohen (aunque con la aprobación y apoyo de su socio original, Jerry Greenfield), quien decidió elaborar el helado por su cuenta y creó una partida única de 40 tarrinas, 25 de las cuales fueron donadas a la campaña de Sanders.
Así, el senador por Vermont, autoproclamado socialista y único rival de la exprimera dama Hillary Clinton para ser el nominado del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos, se hizo con el apoyo de las dos figuras probablemente más reconocidas de su estado, Ben y Jerry.
Además de la popularidad de estos helados, especialmente entre los jóvenes (uno de los bastiones más fuertes de la campaña del senador), Sanders se aprovecha de la vinculación a dos empresarios que han sido siempre reconocidos por su implicación en la comunidad y el alto grado de responsabilidad social de su compañía.
Con sede en Burlington (Vermont) y fábrica en Waterbury, Ben & Jerry's hace gala de potenciar a los proveedores locales (la planta en Waterbury recibe toda la leche de vacas de Vermont), de comprar lo que no puede adquirir cerca a través del comercio justo, de proteger el medio ambiente y de implicar a sus empleados en la vida comunitaria.
Como de Ben & Jerry's, los habitantes de Vermont están muy orgullosos de Bernie Sanders (lo han reelegido siempre en la Cámara de Representantes y el Senado desde 1990) pese a lo heterodoxo de ser el único estado con un senador que se proclama socialista, y todo apunta a que este orgullo es compartido en el vecino Nuevo Hampshire.
A sólo un día de las primarias en Nuevo Hampshire, que comparte 443 kilómetros de frontera con Vermont, Sanders lidera las encuestas en este estado del noreste por más de 10 puntos de ventaja sobre Clinton, una proyección que, de confirmarse, eliminaría definitivamente a la exsecretaria de Estado el cartel de nominada inevitable.
Sin embargo, y pese a la gran simpatía que existe en la región de Nueva Inglaterra por Sanders, sus opciones de llegar a la Presidencia siguen pareciendo muy escasas al tener en cuenta el perfil ideológico del país en su conjunto.
En las inmediaciones de la fábrica original de Ben & Jerry's en Waterbury, se alza sobre una pequeña colina un cementerio de los "helados muertos", en el que bajo lápidas conmemorativas están enterrados los sabores que la empresa ya no fabrica.
Lo que ocurra el martes en Nuevo Hampshire y durante los próximos meses en el conjunto del país determinará si el "Anhelo de Bernie" se trasladará a las neveras de los estadounidenses o hará compañía al helado de melocotón y al de chocolate con galleta y mantequilla de cacahuete en el cementerio de Waterbury.
ae