El socialista Pedro Sánchez recibió ayer el encargo del rey Felipe VI de ser candidato a presidente del gobierno español y abrirá hoy una ronda de contactos con todos los partidos, ya que está convencido de que España “sabe y puede gobernarse desde el diálogo” y las políticas progresistas.

El rey de España finalizó ayer la segunda ronda de consultas para proponer un candidato —situación inédita en ese país—, después de que el jefe del Ejecutivo en funciones, Mariano Rajoy, declinara el 22 de enero su oferta de ser candidato ante la carencia de apoyos.

“El cambio debe ser de la mayoría de los conciudadanos o no será”, advirtió ayer Sánchez en el Congreso tras el anuncio del monarca y donde se mostró dispuesto y confiado en “sacar a España de la situación de bloqueo” que vive desde hace más de 40 días tras las elecciones del 20 de diciembre.

Sánchez tratará de reunir el apoyo parlamentario suficiente en un periodo que cifró en “al menos un mes”, para llegar a acuerdos con formaciones tanto de izquierda como de derecha.

“Yo voy en serio, creo que los españoles se merecen un gobierno, espero que todos estemos a la altura de las responsabilidades”, dijo Sánchez, quien quiere recabar el apoyo de Podemos (izquierda) y Ciudadanos (liberales centristas).

Las elecciones legislativas del 20 de diciembre las ganó el PP, con 123 diputados, seguido del PSOE (90), Podemos (69) y Ciudadanos (40), de un total de 350 escaños con mayoría fijada en 176.

El líder de Podemos, Pablo Iglesias, urgió a Sánchez a alejarse de la hipocresía y a no intentar “vender” algo “imposible”, como es un acuerdo con ambas formaciones emergentes.

Rajoy, por su parte, recalcó que no aceptará “en ningún caso” un Ejecutivo formado por la alianza PSOE-Ciudadanos —que requeriría su abstención—, ni tampoco aceptaría un pacto de gobierno que él no presidiera.

Para ser elegido presidente, Sánchez debe obtener en una primera votación la mayoría absoluta de la Cámara y, si no lo consigue, a las 48 horas tendrá lugar otra votación de mayoría simple.

En el caso de que ambas votaciones sean fallidas, Felipe VI podría proponer otros candidatos con la misma fórmula, pero si dos meses después ningún candidato queda, el rey disolvería el Parlamento y convocaría a nuevas elecciones. Los nuevos comicios podrían tener lugar en mayo o junio si Sánchez fracasa en su intento de formar un gobierno.

Rajoy seguirá como presidente interino del gobierno español hasta la formación del nuevo gobierno o la concertación de una fecha para que se efectúen nuevas elecciones.

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