El director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake, expresa su preocupación por la situación de los más de 100 mil refugiados, muchos de ellos niños, que llegaron a Grecia en lo que va del año y por el aumento del riesgo de que estos menores sean víctimas de trata o abusos.

En una entrevista con EFE durante una visita a España, Lake recuerda que recientemente leyó en los periódicos que al menos 10 mil menores refugiados, que viajaban solos, habrían desaparecido nada más llegar a Europa, pero asegura que nadie sabe cuál es el número de niños desaparecidos y espera que los Gobiernos puedan determinar este dato.

"Lo trágico es que no sabemos cuál es el número de niños desaparecidos. Algunos están siendo separados de sus familias y nosotros trabajamos para que vuelvan a reunirse. Otros son víctimas de trata y de abusos", apunta.

Señala que dos niños mueren cada día, de media, cruzando el Mediterráneo desde Turquía a Grecia y estima que con las nuevas "restricciones" impuestas en las fronteras de Austria y varios países de los Balcanes al paso de los refugiados, unas 10 mil personas, muchas de ellas menores, se quedarán atrapadas en los caminos hacia el norte del continente.

En su opinión, el cierre de las fronteras en los citados países europeos empeorará el problema porque aumentará la presión sobre Grecia, lo que tendrá implicaciones para Italia o España, ya que cuando Grecia tenga menos capacidad de acogida, los refugiados se moverán hacia estos países.

El director ejecutivo de Unicef pide que los niños y sus familias reciban la mejor asistencia humanitaria posible y accedan a una determinación "rápida y justa" de la condición de refugiados después de embarcarse en "peligrosos" viajes a través del mar para buscar protección en Europa.

De acuerdo con la legalidad internacional, existe el derecho a tener determinado el estatuto de refugiado de manera rápida y justa, lo que no se debe hacer sobre la base de la nacionalidad, sino considerando cada caso de forma individual, argumenta.

Al mismo tiempo, destaca la necesidad de buscar soluciones a las causas de estos desplazamientos en Siria, Irak o Afganistán y expresa su deseo de que la diplomacia pueda poner fin a los conflictos en estos países por considerar que es la única forma de acabar con esta crisis de refugiados.

Para Lake, este drama no solamente es "una prueba sobre la humanidad de Europa", sino también es un examen para que todos los Gobiernos del mundo demuestren que son capaces de responder "juntos" a los problemas.

"Si todas las naciones del mundo se refugian detrás de sus propias fronteras, en lugar de tratar de buscar soluciones de forma conjunta, empeorarán las presiones en las fronteras y habrá más tensiones entre las naciones", explica.

Unicef está haciendo todo lo posible en Siria, en los países vecinos y en Europa para atender las necesidades básicas de los niños, favorecer su escolarización y ofrecerles espacios seguros para que puedan recuperarse de las situaciones "terribles" que han vivido.

Lake reconoce que la respuesta de la organización en Europa es "insuficiente", aunque se esfuerzan en colaborar con los Gobiernos europeos para poner en marcha nuevas instalaciones de este tipo, anticipándose a las necesidades futuras.

cfe

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