La situación en el paso fronterizo de Idomeni, en la frontera entre Grecia y Macedonia, sigue siendo crítica hoy debido al cierre de las fronteras de la ruta balcánica que ha dejado a unas 20.000 personas atrapadas en varios puntos del país heleno.
En Idomeni hay unos 5.500 refugiados, según la prensa local, porque el paso fronterizo cerró ayer -el jueves solo se permitió el cruce de 150 personas- y está previsto que reabra a lo largo de la jornada.
Cerca de 4.000 refugiados están en el campamento de tránsito, que ha superado con creces su capacidad por lo que ACNUR y otras organizaciones han instalado más tiendas de campaña y han repartido sacos de dormir.
Otros 1.500 esperan en una estación de servicio a 20 kilómetros del paso, donde aún tienen menos acceso a los servicios básicos.
La introducción de mayores controles a los sirios e iraquíes (las únicas nacionalidades que tienen permitido el acceso), que deben aportar un pasaporte o un documento de identidad, ha ralentizado los cruces hasta el punto que hay momentos en que la frontera cierra por completo, lo que genera más aglomeraciones en el campo de tránsito.
Anoche abandonaron Idomeni en autobuses 80 afganos y llegaron desde el centro de acogida de Salónica otros tres autocares con 120 ciudadanos de Siria e Irak.
Mientras, centenares de personas continúan su viaje a pie hacia la frontera desde diferentes partes del país.
Según cifras proporcionadas por el ministerio de Migración, hay 20.000 personas atrapadas en Grecia, un número que se espera que aumente en los próximos días, ya que la decisión anunciada ayer por Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia de dejar pasar un máximo de 580 refugiados al día no augura una mejora de la situación.
Al puerto de El Pireo, donde se calculan que hay alrededor de 1.500 personas, llegaron hoy otras 437 a bordo de un transbordador desde las islas de Lesbos y Quíos y se espera que en la tarde lleguen otros 52 procedentes de Kos.
Este número de llegadas al puerto de Atenas es menor respecto a la cifra registrada en los últimos meses porque responde al plan de contingencia desarrollado por el Ejecutivo, que pretende ralentizar la marcha de refugiados hacia al norte mientras adecúa alojamientos provisionales, como ferris, para aumentar las capacidades de acogida.
Hasta que estén listos los nuevos cinco recintos anunciados, el Gobierno se ha puesto en contacto con las compañías navieras y les ha pedido que durante los próximos días transporten a mucha menos gente para evitar llegadas masivas al ya abarrotado puerto de El Pireo.
Además, se han fletado tres buques que estarán atracados en Lesbos, Quíos y Samos -las que más llegadas reciben- para dar cabida durante el fin de semana a los refugiados que todavía no se han registrado en los centros de estas islas.
jcra