Bruselas.— Los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) cerraron los últimos detalles de su intervención en el mar Egeo, para evitar que lleguen a costas griegas embarcaciones con refugiados.
“Vamos a participar en los esfuerzos internacionales para reducir las rutas de tráfico y de migración ilegal en el mar Egeo”, afirmó el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg.
Los ministros de Defensa de la OTAN decidieron el 11 de febrero sumarse a la lucha contra la inmigración ilegal desencadenada por el caos que viven Irak y Siria, y que ha terminado por desbordar los servicios migratorios de los países de los Balcanes y del este de la Unión Europea. La implementación de la operación naval se retrasó por la falta de acuerdo entre Turquía y Grecia, que se caracterizan por tener relaciones tempestuosas. Para evitar mayor aplazamiento, la Alianza dijo que las fuerzas griegas y turcas operarán exclusivamente en sus aguas marítimas y espacios aéreos respectivos.
La organización precisó que solamente los navíos de los otros socios de la Alianza podrán transitar por aguas de Atenas y Ankara.
Stoltenberg aseguró que la fuerza multinacional que compone el Standing Maritime Group 2 (SNMG2), arribará al mar Egeo el sábado para realizar misiones de vigilancia, reconocimiento y de análisis de la actividad delictiva en la zona. Subrayó que los buques atlánticos no desmantelarán navíos clandestinos, ni retornarán migrantes a las costas de Turquía; esa tarea seguirá siendo responsabilidad de las fuerzas turcas. Sólo cuando peligre la vida de las personas en el mar realizarán operaciones de salvamento, como lo marca el derecho internacional.
El objetivo central de la misión es ayudar a que los migrantes no abandonen Turquía, país que recibirá 3 mil millones de euros de la Unión Europea para reforzar la seguridad de sus fronteras y construir campos de refugiados alrededor de la frontera siria.
Según la Agencia de la ONU para los Refugiados, en lo que va de febrero han llegado a Europa vía marítima más de 39 mil 246 personas, muy por encima de las 7 mil 271 que llegaron durante el mismo mes en 2015.
En Francia, el tribunal administrativo de Lille rechazó ayer los recursos de migrantes y organizaciones humanitarias contra el desalojo de una parte del campamento de refugiados de Calais. Solamente determinados sitios como una escuela y lugares de culto no podrán ser destruidos por ahora.
Las autoridades dijeron que procederán de forma cuidadosa y escalonada para evitar la violencia. Nunca se pensó en desalojar brutalmente el lugar con bulldozers, subrayó el ministro del Interior, Bernard Cazeneuve.
La prefectura se propone desalojar la parte sur del asentamiento de tiendas y barracas conocido como “la jungla de Calais”, en la costa del Canal de la Mancha, donde viven miles de migrantes y refugiados que quieren cruzar de forma ilegal al Reino Unido.
En Alemania, el Parlamento aprobó el segundo paquete de medidas que endurecen las condiciones para acceder al asilo político y facilitan la deportación de criminales extranjeros.
Grecia retiró a su embajadora en Viena después de que Austria excluyó a Atenas de una reunión sobre migración con los países balcánicos y por el cierre parcial a los migrantes de la ruta de los Balcanes. Miles de refugiados están varados en Atenas, a la espera de la reapertura de fronteras.
Con información de agencias