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Washington.— El vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, instó ayer en Washington a los presidentes centroamericanos a hacer más contra la corrupción y la inmigración ilegal para poder seguir contando con el apoyo del Congreso estadounidense a su Plan de la Alianza para la Prosperidad en el Triángulo del Norte.
Biden se reunió ayer con los presidentes Salvador Sánchez Cerén (El Salvador), Juan Orlando Hernández (Honduras) y Jimmy Morales (Guatemala) para discutir el progreso de ese plan que impulsan desde 2014 las tres naciones de la región.
De acuerdo con el subsecretario adjunto de Estado de EU. para Latinoamérica, Juan González, que supervisa la política hacia Centroamérica, “Los líderes se pusieron de acuerdo en avanzar en un plan de acción para este año que llevará pasos muy concretos y específicos”, y que abarca esfuerzos para “combatir el tráfico de personas, continuar esfuerzos para fortalecer la seguridad fronteriza y facilitar el regreso” a la regió de los indocumentados deportados de EU.
Biden recordó ante la prensa que el Congreso de Estados Unidos aprobó para este año fiscal 750 millones de dólares para apoyar el plan de la alianza.
“Es una señal de que hay un amplio apoyo bipartidista”, dijo, y recomendó a los mandatarios centroamericanos combatir la corrupción y reducir la inmigación ilegal a EU para “convencer al Congreso para que este año apruebe, con suerte, otros 750 millones de dólares”.
“Está en el interés de Estados Unidos que haya prosperidad y seguridad en la región. No hay razón por la que Centroamérica no pueda ser el próximo ejemplo de éxito en el hemisferio occidental”, dijo Biden, en referencia al éxito que tuvo el Plan Colombia.
Por su parte, Hernández, el jefe de Estado hondureño, pidió a Biden revisar que las agencias del gobierno de EU inviertan los fondos para Centroamérica de manera acorde con lo que establece el plan. “Si [los recursos] se derivan para otras cosas corremos el riesgo de no ser efectivos”, advirtió.
El Plan de la Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte fue lanzado conjuntamente por los gobiernos de Guatemala, Honduras y El Salvador para crear mejores oportunidades en sus países, a fin de que la inmigración sea una opción y no una obligación.
Con el proyecto, de mediano y largo plazo, los países centroamericanos quieren frenar la avalancha de menores no acompañados centroamericanos que cruzan ilegalmente la frontera de EU, huyendo de la pobreza y la violencia de la región.
Coincidiendo con la visita de los presidentes centroamericanos, se anunció la creación de un caucus (grupo) de Asuntos Centroamericanos en la Cámara Baja para “despertar conciencia sobre Centroamérica” y ofrecer un foro para discutir la política de EU hacia la región.
El nuevo grupo está formado por 32 congresistas republicanos y demócratas y está dirigido por la legisladora demócrata Norma Torres, primera congresista de EU nacida en Guatemala.
Decenas de centroamericanos se manifestaron ayer ante la Casa Blanca, reclamando a EU un Estatus de Protección Temporal (TPS), un permiso que las autoridades estadounidenses conceden de forma extraordinaria a los nacionales de países afectados por conflictos bélicos o desastres naturales y que algunos inmigrantes centroamericanos reclaman desde hace años.
“Es pobreza y violencia, ambas cosas de la mano, lo que hace que uno se decida a emigrar”, explicó a EFE la indocumentada hondureña Aurora Villatoro, de 25 años, y quien llegó a EU en 2008.