Catorce personas fueron arrestadas ayer ante la Casa Blanca en una protesta por los derechos de los inmigrantes centroamericanos y en contra de las deportaciones de indocumentados a países con altos índices de violencia.

Más de medio centenar de personas convocadas por 17 organizaciones se manifestaron encabezadas por un gran cartel en el que se leía: “Obama tienes sangre en tus manos”, en referencia a los indocumentados que mueren tras ser devueltos a sus países de origen, como El Salvador, Guatemala y Honduras, el llamado Triángulo Norte.

Según un estudio académico basado en notas de medios locales, 83 deportados de Estados Unidos fueron asesinados a su regreso a los países del Triángulo Norte en 2014.

Por eso, con guantes rojos para simbolizar la sangre derramada, los manifestantes sostuvieron carteles con la petición “Frenen las redadas” y exhibieron cruces cristianas pintadas de blanco con números del 1 al 83, por cada uno de los fallecidos.

La protesta se convocó en vísperas de que el vicepresidente de EU, Joe Biden, se reúna en Washington con los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández; de Guatemala, Jimmy Morales, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.

“Esos 83 inmigrantes vinieron aquí escapando de la terrible violencia que tiene lugar en sus países de origen”, dijo la portavoz de Fair Immigration Reform Movement (FIRM), Kika Matos.

“En lugar de acogerlos y darles la protección que tan desesperadamente necesitan, nuestro gobierno los arresta y les mete en centros de detención, los deporta, y algunos han sido asesinados a su regreso”, argumentó Matos.

Las peticiones de las organizaciones en favor de los inmigrantes centroamericanos incluyen, además del fin de las redadas, que se dé representación legal a los inmigrantes que deben defender su permanencia en EU ante los tribunales de migración, y la concesión del estatus de protección temporal (TPS), explicó.

De concedérseles el TPS debido a la situación de violencia de la que huyen, los inmigrantes pasarían a ser considerados refugiados y estarían protegidos contra el peligro de la deportación.

Luego de que hablaran los líderes de las organizaciones y los grupos religiosos convocantes, los manifestantes anduvieron en círculos proclamando consignas como “¿Qué queremos? ¡TPS! ¿Y cuándo lo queremos? ¡Ahora!”, “¡Hey, Obama, no deportes a mi mamá!” o “¡Sí se puede!”. Catorce de los manifestantes se sentaron entonces ante la valla que separa la calle de los jardines de la Casa Blanca, un lugar por donde se puede circular pero no detenerse, por lo que fueron detenidos por la policía tras recibir tres avisos de los agentes.

Los 14 fueron esposados y subidos a un autobús de la Policía de Parques, responsable de garantizar la seguridad del lugar, que los llevó a unos calabozos antes de que sean puestos en libertad en las próximas horas.

Ante la Casa Blanca habían sido desplegados más de 40 policías, motos, seis caballos y un camión, además del autobús usado para llevarse a los detenidos. Las organizadoras de la protesta entregaron el 3 de febrero en la Casa Blanca una carta con 136 mil firmas en apoyo a una petición al presidente Barack Obama para que ponga fin a las redadas de inmigrantes.

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