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"OEA ha tenido con la isla muchos diálogos, muchas veces"

Tiene el número celular del canciller cubano, pero los contactos deben ser discretos, dice

21/02/2016 |00:44José Meléndez, corresponsal |
Redacción El Universal
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El uruguayo Luis Almagro Lemes, secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), reveló que aunque “queda mucho trabajo” para lograr que Cuba se reinserte a ese foro, “hemos tenido muchos diálogos, muchas veces” con el canciller cubano Bruno Rodríguez, para que La Habana acepte finalmente retornar como miembro pleno del organismo.

Sin entrar en detalles, con cautela extrema y sin asegurar que los diálogos que ha sostenido con el canciller cubano permitan anunciar que Cuba se reintegrará a la OEA, Almagro confirmó en una entrevista con EL UNIVERSAL en esta capital que en las pláticas “hay algo que es más importante todavía y es la reserva [discreción] en estos trabajos. Creo que ningún factor incendiario contribuye en este momento”.

Los contactos, abundó, han sido “absolutamente constructivos”.

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El trasfondo es el retorno de Cuba a la OEA, de la que fue expulsada en 1962 al ser sancionada por adherirse a un sistema político marxista-leninista incompatible con el sistema interamericano y aliarse al bloque comunista de China y del ahora desaparecido campo socialista de Europa del Este, dominado por la desintegrada Unión Soviética.

La organización aprobó en 2009 levantar las sanciones a Cuba, que se ha resistido a retornar a esa instancia que en el pasado calificó como “ministerio de colonias” controlado por Estados Unidos y describió como tiburón —Washington— seguido por un puñado de sardinas —América Latina y el Caribe— para el aislamiento diplomático de La Habana. El distanciamiento continental acercó todavía más al régimen cubano con el campo socialista, en particular con Moscú y sus satélites europeos.

EU rompió relaciones con Cuba en 1961, en una medida que, en el entorno de la expulsión de la OEA, fue emulada por los demás países americanos, con la única excepción de México. Sin embargo, Cuba inició en los decenios de 1970 y de 1980 una progresiva reanudación de nexos diplomáticos con América Latina y el Caribe que completó en 2009 con el restablecimiento de relaciones con El Salvador y Costa Rica.

El proceso se aceleró en diciembre de 2014 cuando, tras casi 54 años sin vínculos diplomáticos y luego de 18 meses de conversaciones secretas, EU y Cuba anunciaron el inicio de un proceso de deshielo de relaciones bilaterales. Ambos países decidieron en julio pasado reanudar vínculos diplomáticos, en un camino en el que la normalización continúa, aunque EU mantiene el embargo económico que impuso a Cuba en 1962 por su alianza con Moscú y por otros factores políticos.

Con menos de 12 meses como secretario general (asumió el 25 de mayo de 2015), Almagro Lemes tiene 52 años: cuando el ahora jerarca de la OEA nació, el 1 de junio de 1963 en Uruguay, el organismo estaba hundido en los pleitos de la guerra fría, en los conflictos este-oeste de Washing-
ton versus Moscú por la penetración comunismo versus capitalismo y en la sacudida regional por el triunfo en 1959 de la Revolución cubana.

De estos temas, el diplomático aceptó hablar “dos minutos” con EL UNIVERSAL.

¿Qué piensa del papel de Cuba como sede desde 2012 de las gestiones de paz en Colombia o del reciente reencuentro de los jerarcas de dos Iglesias —la ortodoxa rusa y la católica romana— distanciadas durante un milenio?

—Se me pregunta de un país que todavía no ha dado los pasos para terminar su proceso de reincorporación en la OEA.

Pero sigue siendo firmante de la Carta que funda la OEA en Bogotá en 1948.

—Y se le ha levantado la suspensión en 2009. Sin embargo, todavía no se sienta con los otros 34 países del hemisferio. Creo que es necesario construir una agenda de trabajo con Cuba. Y esa agenda de trabajo obviamente tiene que ser realizada en clave de derechos y tiene que acercar la dimensión de posicionamiento que tiene la OEA y el crecimiento que ha tenido como organización internacional, en la dinámica de incorporar y aprobar la Convención Interamericana de Derechos Humanos (1969), la Carta Democrática (2011) y la propia Carta de la OEA (1948) tienen que obviamente encontrar sus consistencias.

Creo que queda mucho trabajo por delante. Es muy importante que Cuba tenga una agenda positiva con el resto del hemisferio, positiva y de relación y de vínculo fuerte con la Iglesia católica. Creo que todo esto ayuda a solucionar los problemas. No los agrava, los ayuda a solucionar; los pasos que se han dado han sido en ese sentido. Entonces tenemos que ver que esa respuesta, esa tendencia se mantenga y que sea el camino a recorrer.

En la Cumbre de las Américas en Panamá, en abril de 2015 y organizada por la OEA, Cuba se sentó con los demás países americanos.

—Pero es que Cuba ha tenido y tiene hoy una agenda muy positiva con todos los países del hemisferio. Ese es un dato de la realidad. El restablecimiento de relaciones diplomáticas con Estados Unidos así lo señala y marca muy claramente ese camino que está recorriendo la isla. Entonces, es bueno seguir fortaleciendo estas dinámicas de diálogo que van permitiendo obviamente ir solucionando temas.

¿Ha hablado de esto con el canciller cubano? ¿Tiene comunicación con él?

—Todavía tenemos que elaborar una agenda y queda mucho trabajo conjunto para hacer.

¿Tiene usted el número del teléfono celular del canciller cubano?

—(Risas) Yo lo tengo, yo lo tengo, yo lo tengo, (risas) claro. (Risas) Sí, yo lo tengo. Ha habido y hemos tenido muchos diálogos muchas veces, muchas veces y han sido absolutamente constructivos y esos son pasos adelante. Hay algo que es más importante todavía y es la reserva en estos trabajos. Creo que ningún factor incendiario contribuye en este momento. Es seguir sumando para que las soluciones sean cada vez mejor y para encontrar espacios que puedan significar construcciones conjuntas.

Sin elementos incendiarios, ¿es usted optimista?

Habíamos dicho dos minutos [de entrevista] (Risas).