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Los aspirantes presidenciales demócrata, Hillary Clinton, y republicano, Donald Trump, se convirtieron ayer en los ganadores del “tercer round” electoral estadounidense. La ex secretaria de Estado se impuso en los caucus de Nevada, mientras que el magnate triunfó en las primarias de Carolina del Sur, obligando al ex gobernador de Florida, Jeb Bush, a retirarse, con lágrimas en los ojos, de la contienda.
La victoria era clave para Hillary, tras la derrota que sufrió a manos de su adversario Bernie Sanders el pasado 9 de febrero en New Hampshire.
El voto blanco y de las minorías hispana (17% del electorado), afroestadounidense y asiática en las zonas urbanas, junto con el apoyo de las poderosas centrales sindicales y de un ejército de más de 7 mil voluntarios, explican en gran medida el triunfo de la también ex primera dama.
A pesar del escaso margen de diferencia —52.6% contra 47.3% de Sanders, con 88% de votos escrutados—, la victoria en Nevada representa un balón de oxígeno para Hillary de cara a las primarias de Carolina del Sur, el 27 de febrero, donde las encuestas le anticipan otra victoria, gracias al mayoritario apoyo del voto negro.
“Algunos pueden haber dudado sobre nosotros, pero nosotros nunca dudamos de nosotros mismos”, dijo Clinton al celebrar su victoria, aludiendo a quienes pensaron que Sanders podía ganar. “La gente tiene hambre de soluciones reales”, subrayó. Sanders reconoció su derrota y la llamó para felicitarla. Clinton enfatizó la necesidad de poner un alto a la amenaza de las deportaciones y prometió que de llegar a la Casa Blanca reformará el sistema migratorio, el judicial y terminará con el racismo sistemático que ha sido la causa de estallidos sociales en ciudades como Ferguson.
En el bando republicano, Trump confirmó ayer su calidad de favorito y la inclinación del electorado por candidatos ajenos a las estructuras partidistas. El magnate se impuso fácilmente en las primarias de Carolina del Sur, al conseguir 32.5% de votos.
“¿Quién va a pagar por el muro?”, preguntó Trump a sus simpatizantes en su discurso de victoria. “¡México!”, recibió como respuesta. “La lucha por la presidencia de EU suele ser dura y asquerosa, pero también hermosa”, sentenció.
En segundo lugar se ubicó el senador por Florida, Marco Rubio, con 22.5% de los votos, y quien se vio beneficiado por el apoyo de la gobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley. El senador por Texas, Ted Cruz, con 22.3%, quedó tercero.
El gran perdedor de la jornada fue Jeb Bush, quien esperaba colarse en los primeros lugares para poder mantenerse en la contienda. El ex gobernador de Florida quedó en un lejano cuarto lugar (7.9%), lo que lo obligó a anunciar, por la noche, su decisión de suspender su campaña. “Nuestro país merece un buen presidente”, dijo, sin poder contener el llanto.
Todos los ojos están puestos ahora en el súper martes del 1 de marzo, cuando habrá 12 elecciones del lado demócrata y 13 de los republicanos. Sanders expresó su esperanza de recuperarse en esta fecha para poder llegar a la convención demócrata de julio en Filadelfia con posibilidades de ser elegido el candidato. “A pesar de esta derrota, no cabe duda que Sanders va a seguir en la contienda hasta el final”, consideró el analista político David Axelrod.