Los cancilleres de México, Indonesia, la República de Corea, Turquía y Australia, países miembros del grupo MIKTA, celebraron hoy la "determinación de la Asamblea General de las Naciones Unidas para enfrentar el flagelo del extremismo violento", en una declaración difundida por la cancillería mexicana.

En su pronunciamiento, los ministros sostienen que la adopción el pasado 12 de febrero por parte de la Asamblea General de una resolución que "toma nota del plan de acción del secretario general de las Naciones Unidas para prevenir el extremismo violento, envía un mensaje firme de que la comunidad internacional está unida en torno a la causa de enfrentar" este fenómeno.

"El extremismo violento no puede y no debe asociarse con religión, nacionalidad, civilización o grupo étnico alguno", indicaron los cancilleres del MIKTA, foro consultivo de potencias medias formado en 2013 con el objetivo de fomentar la cooperación en temas de relevancia global.

De acuerdo con la declaración, las consecuencias "horrendas" de este fenómeno abarcan al mundo entero, incluidos los países del MIKTA, y "solo mediante la acción concertada a nivel global, regional y nacional, y mediante el cumplimiento de nuestras obligaciones según el derecho internacional, podremos tener éxito en poner fin al odio, la intolerancia y la violencia".

"Estas acciones deben incluir necesariamente la atención a las condiciones conducentes al extremismo violento y al terrorismo en todas sus formas y manifestaciones", añade el texto, divulgado por la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.

Los cancilleres recordaron que en su sexta reunión, el 26 de septiembre de 2015 decidieron fortalecer su cooperación para enfrentar el terrorismo y el extremismo violento. "También nos comprometimos a apoyar esfuerzos para fortalecer la buena gobernanza, la democracia y los derechos humanos", añadieron.

Señalaron asimismo que los países del MIKTA ya han adoptado una serie de medidas para responder al extremismo violento "y estarán desempeñando un papel constructivo conforme los Estados miembros de las Naciones Unidas examinan con mayor detenimiento las recomendaciones del plan de acción del secretario general con el objetivo de derrotar al extremismo violento globalmente".

El pasado 15 de enero, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, recomendó a todos los Gobiernos la puesta en marcha de planes nacionales y regionales para prevenir el extremismo violento, dentro de una gran estrategia para frenar el avance de grupos terroristas como el Estado Islámico y Boko Haram.

Ban presentó ante la Asamblea General, en la que se sientan los 193 Estados miembros de la ONU, un plan con el que la organización quiere ir más allá de las medidas de seguridad y antiterroristas a la hora de combatir a este tipo de grupos.

Su propuesta se centra en la prevención del radicalismo a través del diálogo político y religioso, reforzando el buen gobierno y la protección de los derechos humanos, mejorando la participación de las sociedades en la toma de decisiones y dando más poder a la juventud.

La ONU recomienda también que esos planes nacionales presten atención a la igualdad de género, la educación y la facilitación del empleo, y a las estrategias de comunicación a través de internet y las redes sociales.

La Asamblea General adoptó el 12 de febrero un borrador de resolución que da la bienvenida a la iniciativa de Ban, pero a la vez decidió "dedicarle mayor consideración" a la propuesta.

Si bien los delegados reconocieron el imperativo de la cooperación internacional para encarar el extremismo violento, algunos consideraron que el plan carece de un enfoque profundo sobre las causas fundamentales de la radicalización.

ae

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