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La Casa Blanca defendió hoy que la orden judicial dirigida a la empresa Apple para que desbloquee el iPhone usado por uno de los autores del tiroteo de diciembre en San Bernardino solamente tendrá impacto en ese teléfono, ya que no se le está pidiendo a la compañía que "rediseñe" sus productos.
El Departamento de Justicia y el Buró Federal de Investigaciones (FBI) "no están pidiendo a Apple rediseñar o crear una nueva 'puerta trasera' en uno de sus productos", sostuvo en su rueda de prensa diaria el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest.
"Ellos simplemente están pidiendo algo que tendría impacto en un único dispositivo", insistió Earnest.
Asimismo, el portavoz recordó que la petición está "directamente relacionada" con la investigación en marcha del FBI sobre el "ataque terrorista" de San Bernardino (California), que causó 14 muertos el pasado 2 de diciembre.
De acuerdo con la orden emitida por la magistrada Sheri Pym, Apple deberá proveer al FBI de "asistencia técnica razonable" para acceder al dispositivo móvil, lo que fundamentalmente se traduce en "piratearlo" para desactivar el sistema de seguridad que elimina los datos del teléfono si no se introduce el código correcto tras varios intentos.
Pero el consejero delegado de Apple, Tim Cook, aseguró en una carta dirigida a los clientes de la empresa que la sugerencia del Gobierno estadounidense de que la herramienta creada para desbloquear el iPhone se utilizaría solo una vez "no es cierta".
"Una vez creada, la técnica podría utilizarse una y otra vez en muchos dispositivos", advirtió Cook, quien añadió que sería el equivalente a "una llave maestra capaz de abrir cientos de millones de cerraduras, desde restaurantes y tiendas a casas".
"Nos oponemos a esa orden, que tiene implicaciones más allá del caso legal en cuestión", subrayó Cook.
Earnest remarcó que el presidente de EU, Barack Obama, considera "una importante prioridad nacional" la investigación sobre San Bernardino y, por tanto, el Departamento de Justicia y el FBI "pueden contar con el pleno apoyo" de la Casa Blanca para obtener toda la información posible acerca del ataque y sus motivos.
El teléfono iPhone al que el FBI quiere acceder era operado por Syed Farook, uno de los autores de la matanza, aunque es propiedad de su empleador, la administración del condado de San Bernardino, que ya ha dado su consentimiento para el registro.
El aparato fue hallado en el vehículo en el que Farook, de nacionalidad estadounidense, y su esposa paquistaní, Tashfeen Malik, presuntos seguidores del grupo yihadista Estado Islámico (EI), huían de la Policía cuando fueron abatidos.
ae