La justicia brasileña autorizó el inicio de otra investigación sobre supuestas propiedades del ex presidente Luiz Inacio Lula da Silva, centrada ahora en una finca que frecuenta pero de la que niega ser dueño, confirmaron ayer fuentes oficiales.

El caso ha sido difundido por la prensa local, que en los últimos días ha levantado serias sospechas sobre el verdadero propietario de una finca campestre de 173 mil metros cuadrados situada en Atibaia, en Sao Paulo.

Según diferentes versiones publicadas por la prensa, apoyadas en informaciones del propio gobierno, el sitio ha sido visitado por Lula y su familia “111 veces” en los últimos años y en los registros oficiales aparecen como propietarios dos amigos del ex mandatario.

Lula ha admitido que visita la finca con frecuencia, pero ha negado que sea su dueño y dice que existe una “trama” que intenta “ensuciar” su nombre y tratar de vincularlo con la corrupción petrolera. No obstante, el juez federal Sergio Moro, responsable por las investigaciones en Petrobras, confirmó ayer que autorizó a la policía federal iniciar una averiguación, aunque aclaró que será realizada bajo un estricto secreto judicial.

Este caso se relaciona con otro ya en trámite en la justicia, que también salpica a Lula e intenta determinar si parte del dinero desviado de la petrolera se blanqueó mediante operaciones ilegales en el sector inmobiliario.

Lula da Silva admitió ayer que el Partido de los Trabajadores (PT) ha cometido “errores”, en un video que divulgó para conmemorar los 36 años de la formación que ayudó a fundar y que lleva más de 13 años en el poder.

“Es verdad que no hicimos todo lo que teníamos que hacer. Y es cierto que cometimos errores y quien comete errores tiene que pagar por los errores que cometió”, dijo.

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