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El gobierno de Estados Unidos anunció hoy que investigará a la Policía de San Francisco (California) para averiguar si existe un uso excesivo de la fuerza en este cuerpo, cuestionado por la muerte en diciembre de un joven afroamericano por los disparos de varios agentes.
"En los próximos días y meses vamos a examinar las operaciones del departamento de Policía de San Francisco, las prácticas formativas y los sistemas de rendición de cuentas para identificar las áreas clave en las que debemos mejorar en el futuro", anunció hoy la fiscal general, Loretta Lynch.
El anunció de Lynch, primera mujer afroamericana al frente del Departamento de Justicia, se produce después de la muerte el 2 de diciembre de 2015 del joven, Mario Woods, de 26 años, y de la publicación del vídeo del suceso, que ha provocado protestas e indignación entre la comunidad afroamericana.
El departamento de policía local afirma que la apariencia de Woods coincidía con la descripción de un sospechoso buscado por un apuñalamiento ese mismo día.
Según los agentes, el joven no soltó el cuchillo que sostenía, como le ordenaron los agentes, que trataron de disuadir al sospechoso con gas pimienta y decidieron disparar contra él cuando se movió hacia un agente de policía.
El vídeo, publicado en diferentes redes sociales, muestra a Woods tambaleante contra una pared y rodeado por varios agentes, que le apuntan con sus pistolas y deciden abrir fuego contra él cuando se acerca a uno de los agentes.
El hombre fallecido padecía una enfermedad mental y había pasado gran parte de su vida adulta en prisión, según medios locales.
La investigación para averiguar si la Policía incurre en prácticas racistas y utiliza la violencia de forma excesiva es similar a la realizada en los Departamentos de Policía de Ferguson (Misuri) y Baltimore (Maryland), donde otros ciudadanos negros murieron en circunstancias controvertidas.
Diferentes ciudades de Estados Unidos han vivido varios momentos cargados de tensión racial desde hace más de un año, especialmente desde la muerte en Ferguson (Misuri) en agosto de 2014 del joven negro desarmado Michael Brown a manos de un agente blanco, que luego fue exonerado de todos los cargos.
La muerte de otros negros por disparos de policías blancos ha provocado el nacimiento de un nuevo movimiento civil a nivel nacional llamado "Black Lives Matter" ("Las vidas negras importan") y que reclama el fin de la violencia policial contra la comunidad afroamericana.
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