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El cuerpo sin vida de un niño apareció el sábado sobre la playa rocosa de Turquía, en un recordatorio punzante de que la crisis de los migrantes en Europa destruye vidas y familias cada día. El niño no identificado lucía como si estuviera dormido, pero fue una de al menos 39 personas que se ahogaron momentos antes cuando su barco chocó contra las rocas y se hundió en la madrugada mientras intentaban recorrer la travesía —engañosamente corta— de la costa turca a la isla griega de Lesbos.
El barco contrabandeaba inmigrantes del centro turístico de Ayvacik al norte de la costa de Lesbos, a apenas 8 kilómetros de distancia. “Hay alrededor de 10 niños entre los fallecidos”, dijo Saim Eskioglu, vicegobernador de la provincia de Canakkale, que incluye Ayvacik. “Desafortunadamente cuatro de ellos son bebés de uno o dos años. Estamos muy tristes”.
El alcalde de Ayvacik, Mehmet Unal Sahin, dijo que la mayoría de los inmigrantes eran sirios. La agencia noticiosa estatal Anadolu dijo que el barco también llevaba personas de Afganistán y Myanmar. Se trató del naufragio más reciente en el agitado mar Egeo, donde este mes más de 250 personas han fallecido tratando llegar a Grecia, punto de entrada a la Unión Europea y su promesa incierta de refugio de la guerra y la pobreza.
Las imágenes de los niños y de otras personas muertas en la playa recordaron la foto del pequeño Aylan Kurdi, de 3 años de edad, tumbado boca abajo en una playa turca el año pasado. Su caso significó un llamado de atención a todo el mundo sobre la crisis de los refugiados sirios.
Tima Kurdi, tía de Aylan, se dijo desconsolada de saber que hay niños como su sobrino que siguen muriendo. “Ningún padre pone a su hijo en este tipo de situación a menos que estén escapando de algo peor”, dijo a la AP hablando desde un salón de belleza que abrió hace poco en Port Coquitlam, en la Columbia Británica de Canadá.
Oficiales de la Guardia Costera dijeron que rescataron a 75 personas de la embarcación de 17 metros de eslora que llevaba a más de 100 personas.
Un funcionario turco dijo que en la tarde los socorristas habían recuperado cadáveres atrapados dentro del barco, el cual se hundió poco después de zarpar del balneario de Ayvacik, elevando a 39 la cifra de fallecidos. Eskioglu dijo que el barco “golpeó rocas poco después de zarpar de la costa”.
“Enero ha sido el mes más mortífero hasta ahora por el número de ahogamientos entre Turquía y Grecia”, di-
jo Peter Bouckaert, director de emergencias en Human Rights Watch, en un mensaje por email enviado a The Associated Press. “Casi todos los días, más personas se ahogan en este peligroso recorrido”, añadió.
La canciller Angela Merkel recordó ayer a los refugiados que su asilo en Alemania es temporal y les pidió regresar a sus respectivos países una vez que terminen los conflictos de los que huyeron. “Cuando haya vuelto la paz a Siria y [la milicia radical] Estado Islámico haya sido vencida en Irak, esperamos que ustedes regresen a su patria conscientes de lo que recibieron aquí con nosotros”, señaló Merkel en un congreso regional de su Unión Cristianodemócrata (CDU) en el estado federado de Mecklemburgo-Antepomerania.
Austria quiere repatriar hasta finales de 2019 a 50 mil personas cuya solicitud de asilo haya sido rechazada, de acuerdo con los planes del Ministerio del Interior que publicó ayer el diario Kronen Zeitung.
En Suecia, un grupo de entre 50 y 100 enmascarados marcharon la noche del viernes por el centro de Estocolmo para llamar a “actuar” contra los menores de origen inmigrante, mientras invitaban a otros ciudadanos a seguir su ejemplo, informa la radio sueca Sverisgesradio. Los enmascarados, vestidos de negro, repartían panfletos encabezados con la palabra “Basta”, en los que se apremiaba a hacer frente a los “niños de la calle” norteafricanos que, de acuerdo al texto, “merodean por las inmediaciones de la estación central”. Suecia es el país de la UE que más refugiados per cápita ha recibido, tras la llegada el año pasado de 163 mil solicitantes de asilo, el 32% de ellos procedente de Siria.
Más de un millón de refugiados e inmigrantes llegaron por tierra y mar a la Unión Europea (UE) el año pasado y unos 3 mil 600 murieron o desaparecieron, lo que llevó al bloque a considerar una suspensión de su área Schengen de libre circulación por hasta dos años.