El estado de Texas (EU) ejecutó hoy a James Freeman, un reo de 35 años que en 2007 mató a un guardabosques con un fusil AK-47 después de una persecución que duró más de hora y media.
A Freeman lo declararon muerto a las 18.30 hora local (00.30 del jueves GMT) tras recibir una inyección letal en la prisión de Huntsville, de acuerdo con la notificación del Departamento de Justicia Criminal de Texas.
El reo declinó su derecho a pronunciar unas últimas palabras.
La noche del 16 al 17 de marzo de 2007, una patrulla de guardabosques sorprendió a Freeman cazando pájaros ilegalmente desde su camioneta y, al abordarlo, este se dio a la fuga iniciando una persecución por carreteras y caminos del condado de Wharton, al sur de Houston.
Había ingerido unas "nueve cervezas" mientras veía un partido de fútbol americano por televisión y luego decidió salir a disparar contra pájaros y serpientes por diversión.
Ya entrada la madrugada, Freeman detuvo su camioneta tras pisar un dispositivo pincha-llantas instalado por los agentes, fue entonces cuando salió del vehículo y vació el cargador de su pistola contra los guardabosques.
Después cambió la pistola por un fusil AK-47 e hirió mortalmente al guardabosques Justin Hurst, que falleció más tarde en el hospital.
Decenas de guardabosques acudieron hoy a Huntsville para recordar a su compañero, uno de los 18 miembros de este cuerpo asesinados desde 1895.
Freeman se convirtió así en el segundo preso ejecutado este año en Texas y el cuarto del país.
Desde que se reinstauró la pena de muerte hace 40 años, Estados Unidos ha ejecutado a 1.426 presos, 533 en Texas.
La próxima ejecución será la de Brandon Jones por el asesinato en 1979 del encargado de una gasolinera, que tendrá lugar el próximo 2 de febrero en Georgia.
Jones, de raza negra y de 72 años, es el reo que más tiempo lleva encerrado en el corredor de la muerte de Georgia.
ae