Al menos 25 personas murieron ayer y más de 100 resultaron heridas por la explosión de dos bombas en un puesto de control en la ciudad de Homs, en el centro de Siria, informó la agencia estatal de noticias Sana, tres días antes del previsto inicio de las negociaciones de paz en Ginebra.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos elevó la cifra de muertos a 29, entre ellos 15 soldados y ocho civiles. Se teme que el número de muertos vaya en aumento, ya que muchos heridos están graves.
Las explosiones se produjeron en el barrio de Al-Zahraa, habitado principalmente por miembros de la minoría religiosa alauita, a la que pertenece el presidente Bashar al-Assad.
Los atentados fueron reivindicado por la milicia terrorista Estado Islámico (EI) y cometidos por dos kamikazes que llegaron en automóvil al puesto de control, mismo que ha sido blanco de ataques en los últimos meses, informó el gobernador de Homs, Talal Barazi.
El primer suicida hizo explotar el coche que conducía en el control militar y luego un segundo hizo estallar el cinturón de explosivos que llevaba adherido cuando la gente ayudaba a las víctimas del primer ataque.
En tanto, fuerzas leales al régimen sirio y apoyadas por ataques aéreos ruso tomaron ayer Sheij Maskin, una importante ciudad en el sur del país que estaba en manos de rebeldes, informaron medios estatales sirios y el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.
El Observatorio dijo que soldados sirios y combatientes de la milicia libanesa Hezbolá tomaron la ciudad después de enconados combates. En los últimos días las unidades del gobierno registraron éxitos en el noroeste del país.
A tres días del inicio de negociaciones de paz en Ginebra, sigue sin estar clara la composición de la delegación de la oposición. Las invitaciones ya fueron enviadas, confirmó ayer el portavoz de la ONU Ahmad Fawzi, quien no especificó a qué participantes incluyó el enviado especial de la ONU, Staffan de Mistura. Se desconoce si participarán kurdos y grupos islamistas, que están en el centro de la polémica.