París/ Berlín.— Mientras en Calais, en el norte de Francia, numerosas personalidades pidieron ayer el cierre del campamento de refugiados, en Leimen, en el suroeste de Alemania, se registró un altercado en el que participaron 200 personas en un centro para acoger a inmigrantes, que dejó varios heridos.

El puerto francés de Calais permaneció cerrado por tres horas, hasta que las fuerzas del orden recuperaron el control. “Esta situación no puede durar. Estoy convencido de que hay que levantar ese campamento que está demasiado cerca del puerto”, indicó el presidente de la autoridad portuaria de la zona, Jean-Marc Puissesseau, a la televisión BFMTV.

La invasión del puerto del sábado se produjo tras una manifestación convocada por organizaciones humanitarias de ayuda a los inmigrantes que recorrió las calles de la ciudad y que, según la alcaldesa de la misma, la conservadora Natacha Bouchart, provocó importantes daños.

En respuesta a ello, los comerciantes y asociaciones vecinales de Calais convocaron una protesta apoyada por la regidora, que denunció el “clima de tensión extrema” que se vive.

El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, por su parte, mostró su apoyo a los habitantes de la ciudad y recordó que se han destinado 50 millones de euros para garantizar su seguridad ante los problemas que puedan causar los inmigrantes.

Según Cazeneuve, la intervención de las fuerzas del orden permitió expulsar el sábado del puerto a 350 inmigrantes que lo bloqueaban, algunos a bordo de un ferry que partía para el Reino Unido, al tiempo que informó de que se detuvieron a 35 personas, 26 de ellos inmigrantes y nueve militantes de asociaciones.

En Leimen, Alemania, se registró una pelea en un centro de refugiados. La policía sospecha que el origen del problema estuvo en una discusión religiosa, después de que algunos residentes acusaran a otros de ser “malos musulmanes” por haber consumido alcohol. No se trata del primer incidente de ese tipo en un centro para apoyar a inmigrantes.

En diciembre, en un albergue en Constanza, una pelea entre un afgano y un albanés degeneró en una trifulca después de que se sumasen otras personas de las dos nacionalidades.

Alemania atrajo 1.1 millones de solicitantes de asilo el año pasado, lo que ha desatado llamamientos desde todo el espectro político para que cambie el modo en que está gestionando el número de refugiados que llegan a Europa, por ejemplo, Julia Kloeckner, líder de los democristianos de la canciller Angela Merkel en el estado de Renania-Palatinado, propuso crear “centros fronterizos” a lo largo de la frontera con Austria para acelerar la repatriación de los solicitantes de asilo que no cumplan los requisitos para quedarse.

Las crecientes dudas sobre la capacidad de Alemania de lidiar con el flujo de migrantes y los temores sobre delincuencia y seguridad tras una oleada de agresiones a mujeres en Nochevieja en Colonia están mermando el apoyo de la Unión Demócrata Cristiana y su partido hermanado en Baviera, la Unión Social Cristiana (CSU). Una encuesta de Emnid para el diario Bild am Sonntag mostró que el apoyo al bloque CDU/CSU había caído 2 puntos porcentuales a 36 puntos respecto a la semana anterior. El derechista Alternativa para Alemania (AfD) sumó un punto y subió a 10%.

Ayer también se informó que los ministros europeos de Interior comenzarán hoy en Ámsterdam a trabajar sobre la propuesta de la Comisión Europea (CE) para crear un cuerpo europeo de guardia fronteriza por la crisis de los refugiados.

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