Washington.— La costa este de Estados Unidos amaneció ayer enterrada bajo la nieve tras el paso de la tormenta Jonas, que dejó al menos 29 muertos y provocó cortes de luz, accidentes de tráfico y cancelación de vuelos, aunque el clima mejoraba gradualmente.

Nueva York levantó el domingo una prohibición de viajes y el transporte público comenzó a volver a la normalidad, después de su segunda nevada más intensa desde que se tienen registros, hace siglo y medio. Pero Washington permanecía paralizado.

Jonas podría tener un impacto económico por hasta 850 millones de dólares, de acuerdo con expertos, y los restaurantes, cines, otros lugares de entretenimiento y algunas tiendas minoristas serían los más afectados.

Sin embargo, Chris Christopher, macroeconomista de la empresa de estadísticas IHS Global Insight, dijo que en conjunto, el resultado podría ser un empate porque muchos negocios habrán tenido ingresos adicionales debido a las compras adelantadas que las personas hicieron de alimentos, palas y otros artículos.

Ayer se reabrieron los espectáculos en Broadway, Nueva York, luego de que se cerraran minutos antes del inicio de la tormenta, pero Bruce Springsteen canceló su presentación del domingo en el Madison Square Garden. En Washington, los museos permanecieron cerrados y la Cámara de Representantes pospuso votaciones hasta febrero debido al impacto de la tormenta en los sistemas de transporte.

El tránsito aéreo siguió siendo un caos ayer luego de la cancelación de casi 12 mil vuelos durante el fin de semana. Los aeropuertos reanudaron un servicio limitado en Nueva York, Baltimore y Filadelfia, que recibió toda la nieve de un invierno habitual en tan solo
dos días. Los aeropuertos del área de Washington permanecieron cerrados.

Las principales aerolíneas cancelaron cientos de vuelos para el lunes. Además de despejar nieve y hielo de las instalaciones y equipos, los operadores de aerolíneas, trenes y sistemas de tránsito deben encontrar la manera de llevar a los empleados al trabajo en medio de la nieve.

El gobernador de Nueva York y el alcalde de Baltimore levantaron ayer la prohibición de circulación de vehículos que habían decretado el sábado.

Diez entidades, así como la capital, Washington DC, fueron declarados estados en emergencia desde el sábado a fin de recibir ayuda del gobierno federal, en caso de necesitarla, y de suspender las operaciones regulares de servicios públicos.

Más de 250 mil personas en la costa este de Estados Unidos sufrieron cortes de luz y unas 80 mil permanecían el domingo aún sin electricidad, según el diario USA Today.

La tormenta fue tan grande que se veía desde el espacio.

Jonas dejó 45.2 centímetros de nieve en Washington; en Filadelfia, 56.8 centímetros, y en la ciudad de Nueva York, 68 centímetros de espesor. Y hasta 74 centímetros se llegaron a acumular este fin de semana en Baltimore, donde se batió un récord, según datos oficiales.

El reporte oficial más severo fue de 1.06 metros de nieve en Glenary, West Virginia, pero las enormes acumulaciones en otros lugares dejaron varados a decenas de miles de viajeros y obligó a otros tantos a cambiar sus itinerarios.

Algunos barrios de zonas costeras de Delaware y Nueva Jersey sufrieron inundaciones tras la tormenta.

Al fin salen de sus casas. Bajo un sol radiante, millones de estadounidenses salieron ayer a quitar nieve y abrir caminos con la pala en los jardines de sus casas y a desenterrar sus coches, luego de dos días encerrados.

Las máquinas quitanieves pasan por las calles principales para despejar el camino para que puedan circular los vehículos de emergencia y después se dedicarán a limpiar las calles secundarias. Los vecinos son responsables de limpiar su trozo de acera si no quieren que les pongan una multa.

Después de dos días encerrados en casa, los más pequeños se levantaron pronto para tirarse en trineo o hacer muñecos y ángeles de nieve, sin importarles el frío y contentos de que lo más probable es que el lunes no haya colegio.

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