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Miles de personas recordaron hoy con velas encendidas y pedidos de justicia al fiscal Alberto Nisman, quien murió hace un año en circunstancias aún sin aclarar, cuatro días después de denunciar a la entonces presidenta argentina Cristina Fernández.
"Velas por Nisman", el acto que reunió en una plaza del norte de la ciudad de Buenos Aires a figuras de la Justicia y de la política argentina junto a los familiares del fallecido fiscal, fue más que un homenaje.
Iniciado con la lectura de una carta de las hijas del fiscal, el encuentro fue un pedido de justicia de parte de la ciudadanía argentina, que aún busca saber qué pasó el 18 de enero de 2015, cuando Nisman apareció muerto en el departamento de su casa con un tiro en la cabeza, en vísperas de acudir al Congreso para detallar la denuncia contra Fernández.
A pesar del año transcurrido, la errática investigación sobre la muerte no se ha decantado por la hipótesis del suicidio ni por la del homicidio, aunque Federico Casal, abogado de las hijas de Nisman, dijo hoy en una entrevista con Efe que la querella tiene pruebas de que el fiscal fue reducido y asesinado.
"No tenemos ninguna duda de que a Alberto Nisman lo mataron", aseguró contundentemente.
Para Casal, la muerte del fiscal fue "una maniobra planificada y ejecutada con la eficacia y complejidad propia de profesionales en la materia", por lo que sospechan directamente de los servicios de inteligencia argentinos y extranjeros.
El fallecimiento del fiscal, quien investigaba el atentado contra la mutualista judía AMIA de Buenos Aires perpetrado en 1994 y en el que murieron 85 personas, sacudió el año pasado a la sociedad argentina y desató una grave crisis política.
Nisman fue hallado muerto apenas cuatro días después de presentar su denuncia contra Fernández por el presunto encubrimiento de los iraníes sospechados de ser autores del ataque, una acusación basada en el memorándum de entendimiento firmado entre Argentina e Irán en 2013.
"Alguien ordenó matar a Nisman antes de que pusiera sus pruebas ante el Congreso", consideró hoy el periodista argentino Joaquín Morales Solá, uno de los oradores en el homenaje realizado en Buenos Aires.
La causa contra Fernández fue desestimada el año pasado en los tribunales, pero con el cambio de Gobierno en el país suramericano, resurgieron los pedidos para que la Justicia reabra la causa, en especial tras la declaración de inconstitucionalidad del memorándum.
"Lo que es importante es que Nisman siga siendo una llama que ilumine la demanda de verdad y justicia que los argentinos tenemos que tener si queremos una democracia de verdad", dijo a Efe Graciela Römer, analista de opinión pública y asistente al homenaje.
"Tenemos que seguir pensando que se puede, que una Argentina mejor es posible, entonces vamos a tener que apoyar", agregó, por su parte, Gabriel Muñiz, otro de los asistentes.
En el acto también estuvo la vicepresidenta argentina, Gabriela Michetti, junto a varios funcionarios del Ejecutivo de Mauricio Macri, y de la Alcaldía de Buenos Aires, dirigentes de la comunidad judía en el país y representantes de distintas embajadas.
Hasta el momento, el único imputado en la causa por la muerte de Nisman es Diego Lagomarsino, un técnico informático que trabajaba con el fiscal y dueño del arma que acabó con su vida.
Lagomarsino, quien asegura que "prestó" al fiscal la pistola bersa calibre 22 de la que salió el disparo que provocó la muerte, defendió hoy la hipótesis de que Nisman "estaba solo cuando murió".
"No sé qué puede haber pasado. Y si se suicidó, hay que ver si lo hizo porque quiso o porque lo obligaron", dijo el técnico informático en una entrevista publicada hoy por el portal Diez Sudacas.
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