El secretario estadounidense de Estado, John Kerry, anunció ayer que Estados Unidos admitirá a más refugiados centroamericanos, en un intento por frenar la inmigración ilegal procedente del Triángulo Norte.

“Tengo el placer de anunciar la expansión del Programa de Admisiones de Refugiados de Estados Unidos para ayudar a familias y personas de El Salvador, Guatemala y Honduras”, anunció Kerry en un discurso en la Universidad de Defensa Nacional.

El gobierno estadounidense pretende así ofrecer “una alternativa segura y legal a este peligroso viaje que muchos actualmente están tentados a empezar, haciendo de ellos una presa fácil para los traficantes de seres humanos que no tienen otro interés que su propio beneficio”, añadió Kerry.

Se trata de un programa nuevo, distinto del existente para refugiados menores centroamericanos que la administración Obama anunció en diciembre de 2014, coincidiendo con la llegada masiva de menores no acompañados que cruzaban ilegalmente la frontera de EU.

Este nuevo programa permitirá a personas y familias centroamericanas sin familiares en EU solicitar el estatus de refugiado directamente en su país de origen, en vez de emprender el peligroso viaje de cruzar ilegalmente la frontera.

El Departamento de Estado precisó en un comunicado que Estados Unidos colaborará con la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), la Organización Internacional de la Migración (OIM) “y sus socios en las ONG para identificar a personas necesitadas de protección como refugiados”.

Entre ellas puede haber “personas perseguidas por las bandas criminales, defensores de derechos humanos que han sido perseguidos, y otros”. ACNUR “determinará quién debe ser referido” a EU para su entrada como refugiado en el país, y el gobierno estadounidense tomará entonces la decisión final, explicó a EFE un funcionario del Departamento de Estado, que pidió el anonimato.

Según informó el diario The New York Times, el plan consiste en que ACNUR ponga en marcha centros de procesamiento de refugiados “en algunos países cercanos” a los del Triángulo Norte de Centroamérica, “donde los emigrantes estarían temporalmente fuera de peligro”.

El rotativo, que cita a funcionarios estadounidenses, indicó que la medida permitiría a “miles de migrantes, quizá hasta 9 mil al año” llegar a vivir a Estados Unidos, aunque algunos refugiados serían enviados a otros países del continente.

El funcionario consultado por EFE señaló que no se ampliará el umbral de refugiados que permite EU, que hasta ahora planeaba admitir a un máximo de 85 mil personas bajo ese estatus durante el año fiscal 2016.

“Consideramos como un paso positivo el hecho de que el gobierno de Estados Unidos reconozca que existe una crisis de refugiados de América Central y que la respuesta apropiada es su protección respaldada por la ONU y el programa de reasentamiento”, dijo Frank Sharry de la organización América’s Voice. “Sin embargo, es contradictorio que la misma administración defienda el allanamientos de casas y la deportación de los que ya están en Estados Unidos y que huyen de la muerte, las amenazas y la violencia sexual”, añadió.

Sharon Kelly McBrie, de Human’s Rights First, pidió a la administración ser más específica en cuanto a las cuotas de refugiados que serán aceptados y que se les ofrezca una defensa legal que impida su deportación.

Ayer mismo, abogados del proyecto “pro bono” para familias detenidas (CARA), anunciaron que lograron frenar temporalmente la deportación de 12 familias centroamericanas —33 mujeres y niños— detenidas en las primeras redadas de 2016 y que iban a ser deportadas a El Salvador, Honduras y Guatemala. Las familias “huían de violencia doméstica extrema o habían sido objeto de reclutamiento, secuestro, asalto o extorsión por parte de organizaciones criminales transnacionales”, dijeron.

En su discurso, Kerry secundó el llamado de Obama a favor del levantamiento del embargo a Cuba. “No cabe duda de que la normalización de las relaciones con Cuba ha sido uno de los grandes logros del presidente Obama”, consideró Juan Carlos Hidalgo, analista de Cato Institute.

“Y seguramente veremos un papel más activo de EU en el caso de Venezuela. Pero tras bambalinas y a través de organismos como la OEA”, añadió Hidalgo en alusión al difícil equilibrio que EU siempre ha tenido que mantener al lidiar con el gobierno de Nicolás Maduro.

Con información de J. Jaime Hernández/Corresponsal

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