El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, aseguró ayer que en el último tramo de su mandato presidencial seguirá luchando “para arreglar un sistema migratorio que está roto”, redoblará esfuerzos para “proteger a nuestros niños de la violencia de las armas” y para lograr “un aumento del salario mínimo”.

En su último informe sobre el Estado de la Unión, el mandatario reveló ante el Congreso su plan para el último año de su gestión, aunque acotó: “En mi discurso final a esta cámara, no quiero hablar sólo sobre el año que viene. Quiero centrarme en los próximos cinco años, 10 años y más allá. Quiero centrarme en nuestro futuro”, dijo Obama al hacer un recuento de sus siete años de presidencia.

El mandatario aludió también al tema migratorio, en momentos que más de 145 miembros de su propio Partido Demócrata repudiaron su decisión de lanzar redadas para la deportación de familias inmigrantes centroamericanas. Sin embargo, no anunció ningún cambio en su política de deportaciones.

“Estados Unidos de América tiene, en este momento, la economía más resistente y fuerte del mundo. Estamos en el medio de la racha más larga de la creación de empleo del sector privado en la historia”, dijo Obama al evocar el cataclismo económico que heredó de George W. Bush.

El presidente fijó una hoja de ruta para enfrentar los grandes retos que deberá sortear quien le suceda en el cargo a partir de 2017 y criticó a los aspirantes republicanos a la presidencia. Dijo que la respuesta de EU ante las amenazas de Medio Oriente debe ser más que llamados a “bombardear civiles”. Obama dijo que eso funciona en televisión, pero no en el escenario mundial, en alusión a declaraciones de candidatos republicanos como Donald Trump y Ted Cruz. “Insultar” a los musulmanes no hará a EU más seguro, insistió.

El presidente dijo que su gobierno ha conseguido garantizar la seguridad nacional ante la amenaza terrorista y aseguró que el Estado Islámico “no amenaza la existencia nacional” de EU; sin embargo, pidió a los miembros del Congreso votar para autorizar el uso de la fuerza militar contra ese grupo terrorista.

Reiteró su llamado al Congreso para anular el embargo a Cuba y cerrar la “cara e innecesaria” cárcel de Guantánamo. “Reconozcan que la Guerra Fría ha terminado”, les dijo. Anunció además un nuevo impulso a la lucha contra el cáncer mediante una inversión de recursos sin precedentes.

Los demócratas ovacionaron casi todas las ideas de Obama, mientras algunos republicanos incluso lo abuchearon cuando dijo que “es palabrería política” decir que existe un declive en la economía de EU. Sólo una decena de demócratas aplaudieron de pie cuando pidió la aprobación del Acuerdo Comercial Transpacífico.

El discurso de ayer fue más corto que la mayoría de sus mensajes del Estado de la Unión. Duró una hora. El primero que dio, en 2009, duró 51 minutos. El más largo, en 2010, se prolongó 69 minutos, según The American Presidency Project.

En su respuesta, el congresista Mario Díaz-Balart sorprendió al mostrar una postura migratoria más suave. “Nadie que trabaje responsablemente, cumpla con nuestras leyes y ame a EU debe sentirse rechazado en este país. No es quienes somos”, dijo, subrayando la urgencia de una reforma migratoria.

Con información de agencias

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