América Central está a las puertas de una ola de deportaciones de sus nacionales indocumentados en Estados Unidos, que agravará la precaria situación económica de la región y puede conducir a una “muerte segura” a miles que se han ido huyendo de grupos criminales como las pandillas, advirtió el Parlacen.
EU anunció la detención y deportación de los inmigrantes centroamericanos que hayan ingresado de forma irregular a partir del 1 de enero de 2014, y de las familias que ya cuenten con una orden final emitida por un juez para ser retornadas a sus países de origen.
Las redadas iniciaron el pasado fin de semana en los estados de Georgia, Texas y Carolina del Norte, y en ellas se detuvo a 121 personas, la mayoría centroamericanos.
Los más afectados por la “ola de detenciones”, que podría alcanzar a unas 3 mil personas según dijo el jueves el Parlamento Centroamericano (Parlacen), son los países del Triángulo Norte: Honduras, El Salvador y Guatemala, una de las zonas más violentas y empobrecidas del mundo.
“La situación económica en nuestros países es muy dura y la llegada de miles de personas (deportadas de EU) vendría a agravar la crisis ya existente”, alertó el Parlacen. Los gobiernos del Triángulo Norte abogaron por que EU apruebe una “reforma migratoria integral”, a fin de contribuir “a la solución estructural de esta problemática”.
En Honduras, activistas pidieron ayer a EU una actitud “más humana” con los migrantes.