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Laura Jacques y Richard Remde, una pareja de Inglaterra, que perdió a su perro "Dylan" a principios de 2015, decidió clonarlo.
Dylan era un boxer que falleció de un paro cardiaco a los ocho años, luego de ser diagnosticado con un tumor cerebral inoperable.
Destrozada, Laura recordó haber visto un documental sobre un concurso para tener a un perro clonado.
Fue entonces que la pareja contactó a una empresa de Corea del Sur, Sooam Botech Research Foundation, que ofrecía el servicio por la cantidad de 100 mil dólares.
La ténica de la fundación consiste en implantar ADN en un ovulo de perro, al que se le elimina el núclero, que contiene el material genético. Posteriormente, se le aplican descargas eléctricas para activar la división celular, para finalmente ser implantado en una "madre sustituta".
Aunque la compañía presume de haber producido 700 clonaciones, algo hace especial a este caso: las muestras se tomaron del cuerpo del animal 12 días después de su muerte.
Dos cachorros nacieron, resultado del procedimiento. El primero recibió el nombre de Chance; el segundo se llama Sombra.
En efecto; los perros son idénticos a Dylan
jlcg