La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó en un artículo publicado hoy por el diario Folha de Sao Paulo que no guarda "rencor" a pesar de los intentos de la oposición de abrir un juicio político con miras a sus destitución.

"Aún injustamente cuestionada con un intento de 'impeachment', no me hace daño, ni guardo rencor", resaltó la jefa de Estado, quien apeló al diálogo con "todos los que desean construir una realidad mejor".

El trámite del juicio político fue autorizado en diciembre por el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, pero la Corte Suprema identificó algunos "errores de procedimiento" y ordenó que todo el proceso sea reiniciado, lo cual ha quedado pendiente para este febrero, cuando concluirá un receso parlamentario.

En su artículo, la presidenta recalcó que la "inestabilidad política" de Brasil se vio acentuada por la conducta "muchas veces inmadura" de los sectores de la oposición, quienes, en su opinión, "no aceptaron el resultado de las urnas".

Rousseff, quien fue reelegida para un segundo mandato en octubre de 2014, fue investida hace exactamente un año y a lo largo de 2015 se vio obligada a lidiar con una maltrecha economía, una fragmentación de su base aliada y un colosal escándalo de corrupción en la petrolera estatal Petrobras.

En este sentido, la mandataria reconoció que 2015 fue un año "muy duro", aunque se mostró convencida de que el país llegará a final de 2016 "mejor de lo que indican las previsiones actuales".

Según los analistas del mercado financiero, la economía brasileña se contraerá en 2015 alrededor de un 3,70 %, el peor resultado en los últimos 25 años, mientras que en 2016 el PIB bajará un 2.80 %.

Las mismas previsiones indican que la inflación cerrará 2015 por encima de los dos dígitos y que este año llegará al 6,86 %.

"2015 fue un año muy duro. Revisando mis responsabilidades en ese ambiente de dificultades, veo que nuestros errores y aciertos deben ser tratados con humildad y perspectiva histórica", agregó.

Rousseff volvió a destacar que parte de la crisis económica que vive Brasil fue motivada "por factores internacionales", como la desaceleración de la economía china, la caída del precio de las materias primas y la apreciación del dólar.

"Fue un año en el cual la necesaria revisión de la estrategia económica del país coincidió con factores internacionales que redujeron nuestra actividad productiva", sostuvo.

A pesar de la suma de números rojos que acumula el país, la mandataria destacó la "solidez" de la economía brasileña para retomar el crecimiento y recordó que el país ocupa la sexta posición del mundo en reservas internacionales.

Rousseff afirmó que en 2016 el Ejecutivo insistirá en la aprobación de las medidas del paquete de ajuste fiscal por parte del Congreso, propondrá una reforma del sistema de pensiones y convocará a trabajadores, empresarios y ministros para promover un cambio en el sistema productivo.

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