Estados Unidos abrirá todas las posiciones militares de combate a las mujeres, afirmó ayer el secretario de Defensa, Ashton Carter, pese a las objeciones de los marines.
“Somos una fuerza conjunta”, dijo Carter, quien añadió que si bien la medida presenta algunos retos, las fuerzas armadas no pueden darse el lujo de excluir a la mitad de la población de los puestos militares más arduos. Dijo que cualquier hombre o mujer que cumpla las condiciones debe poder combatir y dio a las fuerzas armadas 30 días para presentar sus planes para poner en práctica el histórico cambio.
Carter tomó la decisión tras revisar una serie de recomendaciones del ejército, la Marina, la Fuerza Aérea y los marines. Estos últimos fueron los únicos que pidieron seguir excluyendo a las mujeres de algunas posiciones en la primera línea de fuego.
El jefe del Estado Mayor Conjunto, general Joseph Dunford, ex comandante de los marines, argumentaba que algunos estudios revelan que las unidades mixtas son menos eficientes que las exclusivamente masculinas.
El cambio significa que las mujeres podrán presentarse a unas 220 mil posiciones que hasta ahora les habían estado vedadas, incluyendo áreas como infantería, acorazados, reconocimiento y operaciones especiales.
“Mientras estén calificadas [para el puesto] y cumplan con los estándares, las mujeres podrán ahora contribuir a nuestra misión de formas que no pudieron antes”, señaló Carter. “Podrán manejar tanques, disparar morteros y dirigir soldados de infantería en un combate”, dijo. Las mujeres podrán formar parte de cuerpos especiales como los Navy Seals o los Green Berets (Boinas Verdes), que hasta ahora sólo estaban abiertos a los hombres.
Las mujeres ya combatieron en las guerras de Irak y Afganistán, pero eran excluidas de determinadas posiciones consideradas de combate.
Carter expresó su confianza en que estas políticas podrán ser implementadas con éxito y que los miembros de las fuerzas militares serán juzgados por sus méritos, no su género.