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Los últimos combatientes del Estado Islámico (EI) abandonaron ayer un complejo gubernamental estratégico de Ramadi, dejando entrever la victoria para las fuerzas iraquíes en esta gran ciudad al oeste de Bagdad.
“Todos los combatientes de Daesh (acrónimo árabe del EI) se han marchado. No hay resistencia”, declaró el portavoz Sabah al Numan, precisando que la zona aún debía ser despejada de minas y trampas explosivas colocadas por el EI en su huida.
El presidente del Parlamento, Salim al Juburi, saludó a “los héroes de las fuerzas de seguridad por esta victoria que liberó a Ramadi del terrorismo”.
Este éxito “es el resultado de meses de trabajo del ejército iraquí, de los servicios de lucha antiterrorista, de la Fuerza áerea iraquí, las policías locales y federales, así como de todos los combatientes tribales, todos apoyados por más de 600 ataques aéreos de la coalición desde julio” pasado, subrayó el portavoz de esta coalición internacional contra el EI liderada por Estados Unidos, Steve Warren.
En varias ciudades del país los iraquíes celebraban lo que es visto como una victoria frente a los yihadistas.
Las fuerzas de élite antiterroristas y las tropas respaldadas por bombardeos del ejército iraquí y de la coalición habían entrado con relativa facilidad el martes en la ciudad, caída en manos del EI en mayo. Pero los cientos de trampas y artefactos explosivos que siembran la ciudad, combinados con los atentados suicidas y los francotiradores, han dificultado la toma completa de la ciudad, seis días después del inicio de la ofensiva.
Situada a unos 100 kilómetros al oeste de Bagdad, Ramadi es la capital de Anbar, la mayor provincia de Irak, y comparte frontera con Siria, Jordania y Arabia Saudita. Una victoria rotunda en esa ciudad permite lavar la denostada imagen del ejército iraquí, que recibió duras críticas tras perder amplias franjas de territorio ante los yihadistas en junio de 2014.
Aunque el gobierno iraquí no ha difundido un balance oficial de bajas de la operación en Ramadi, fuentes médicas en Bagdad señalaron que 93 miembros de las fuerzas iraquíes fueron heridos y hospitalizados sólo en la jornada del domingo, y al menos cinco miembros de las fuerzas de seguridad han muerto desde el viernes, según varias fuentes.
El mérito de una victoria se “atribuirá a las fuerzas iraquíes”, consideró el analista político Ihsan al Shammari. “Es la primera vez desde el comienzo de la ofensiva de Daesh que esta institución obtiene una victoria sin apoyo de las fuerzas populares de movilización”, los grupos chiítas, añadió.
Por otro lado, más de medio centenar de yihadistas habían muerto en las últimas 48 horas, según fuentes militares iraquíes. La coalición internacional liderada por Estados Unidos realizó 31 ataques contra Ramadi a lo largo de la semana que finaliza.
Antes de marcharse, los yihadistas llenaron de explosivos la ciudad entera, lo cual ha requerido la movilización de expertos en seguridad y ha ralentizado el avance de las tropas.
Para escapar, el EI ha utilizado además a civiles presentes en las zonas de combate como escudos humanos, según varios testimonios. “Los combatientes de Daesh han forzado a todas las familias que residían cerca del complejo a partir con ellos para permitirles huir hacia la periferia este de Ramadi”, aseguró el responsable del barrio de Jaldiya, Ali Dawood.
El gobierno dijo que el próximo objetivo sería la ciudad de Mosul, en el norte del país, el mayor centro poblado en manos de Estado Islámico tanto en Irak como en Siria.